El estrés es totalmente normal en nuestro estilo de vida actúal y ya forma parte de nuestras vida. Hay que intentar que sea un estrés sano y que no nos lleve a la depresión o ansiedad.
Hoy en día hay pocas cosas que hagamos como las hacíamos antes: comer, beber, dormir, movernos… Antes no vivíamos en una selva de polución, comida insana, ordenadores y falta de sueño. En la actualidad podemos hablar de la existencia de grandes epidemias de estrés crónico y enfermedades del bienestar (relacionadas con él).
Dos formas de gestionar el estrés
Hay diferentes métodos para conseguir que podamos
acostumbrarnos al estrés y tratar con él en la vida diaria. El estrés es la
capacidad del cuerpo de adaptarse a estresores internos o externos. El cuerpo
es capaz por sí mismo de dominar el estrés a través de mecanismos endógenos y
automáticos, pero también hay un enfoque que podemos aprender y activar
nosotros mismos. Así, las últimas formas de gestión de estrés se componen de
intervenciones orientadas al comportamiento, el ejercicio, la relajación y la
dieta, incluyendo el apoyo social y la espiritualidad.
Principios neurológicos comunes
Como el objetivo primario de los diferentes métodos de
reducción del estrés es el mismo, es decir, saber manejarlo, y partiendo de que
los principios fisiológicos y neurobiológicos coinciden. Así pues, resulta que
ambos métodos actúan sobre el sistema límbico (del placer y la recompensa) del
cerebro, en el que desempeñan un papel la dopamina, la endorfina y la morfina.
El concepto BERN
El científico alemán Tobias Esch concluye en su obra que es
de vital importancia gestionar el estrés utilizando a tal fin intervenciones
del estilo de vida. Para ello desarrolló el concepto BERN, que son las siglas
en inglés de comportamiento, ejercicio, relajación y nutrición (behavior,
excercise, relaxation and nutrition). A continuación explicamos qué quiere
decir cada categoría.
Comportamiento: Por
ejemplo, todas las actividades sociales y creativas que causan placer y, de
este modo, estimulan la interacción social, la amistad, el amor, etc. Piénsese
también en terapia cognitivo-conductual y psicología motivadora y positiva.
Ejercicio: Aquí se incluye tanto
entrenamiento aeróbico (correr, nadar y montar en bicicleta, por ejemplo) como
anaeróbico (entrenamiento de fuerza).
Relajación: Los masajes, la
meditación y el yoga, por ejemplo, pueden ser fuentes de relajación. Además, es
importante un buen biorritmo con suficientes horas de sueño (entre siete y ocho
horas cada noche).
Nutrición: Un patrón alimentario
sano es antiinflamatorio, como la paleodieta o la dieta mediterránea. Los
cereales, los productos lácteos, la soja y las plantas de la familia de las
solanáceas contienen sustancias proinflamatorias que es mejor que los clientes
eviten.
Medicina del estilo de vida
Consideramos la medicina del estilo de vida como la puesta
en práctica deliberada y activa de competencias de asesoramiento y tratamiento
en el campo del estilo de vida en el más amplio sentido de la palabra, con el
fin de mantener sanas a las personas que lo están y mejorar la salud de las
enfermas. En este concepto incluimos también la gestión del estrés y las
intervenciones del estilo de vida en las que se presta atención a la dieta, el
ejercicio, la suplementación, la higiene del sueño, el biorritmo, el tabaco, la
bebida, la motivación y la vinculación social.
Fuente: https://www.blogdefarmacia.com/
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