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LA DELINCUENCIA JUVENIL CAUSAS Y CONSECUENCIAS POR CARLOS CANDELARIO.

 


La delincuencia juvenil es un problema muy general que afecta a nuestros jóvenes, aquí se incluye, el robo, el atraco, el asesinato, la violación, los vicios, el libertinaje, entre otros.

Entre las principales causas de este mal tenemos:

La falta de fe en Dios y en sí mismo. Cuando un joven no tiene temor de Dios este actúa sin pensar en las consecuencias de su actuación ni tiene miedo a lo que puede venir. Un individuo que no tenga confianza ni fe en sus cualidades, habilidades o potencialidades es una persona que no se arriesga a realizar cosas positivas, por no creer en ellas.   

La falta de amor. Un joven que no se ame no puede amar a los demás. Esto trae como consecuencia que a la hora de actuar no le importa el mal o la desgracia que les carga a los demás. Una persona sin amor profesa maldad, conflictos, discordia y violencia. Un delincuente de gran nivel sólo ama el dinero. Esto provoca que este realice cualquier actividad ilícita para enriquecerse económicamente.

La ignorancia. Una persona que no estudie para adquirir nuevos conocimientos, capacidades y destrezas siempre vivirá oscura como la noche y la ignorancia se adueñará de ella como el pantano de su barro.

Un joven que se deje arropar de la ignorancia no sabrá diferenciar lo malo de lo bueno, a la hora de tomar una decisión que afecte su horizonte.  No tendrá control de su vida ni estará  preparado para coaccionar en un mundo dinámico, de constante cambios y  presión,  que incita a lo malo. Un joven sin preparación se deja manipular o influenciar  por personas mal intencionadas y es más propenso a caer en las redes de la delincuencia.

La desintegración familiar. Cuando los principales miembros de la familia se desintegran, deteriorando así los lazos que la unen: el amor, la comprensión y la confianza; los hijos quedan sin apoyo, huérfanos con sus padres vivos.

En un contexto urbanizado y adinerado los jóvenes tienen más facilidades de conectarse al Internet y ponerse en contacto con la pornografía. Los padres ricos no les dedican tiempo a sus hijos, para ver en qué asuntos andan, cómo va su vida: en sus estudios, en su trabajo. Este espacio se lo dedican a sus empresas o negocios. Los jóvenes carecen del cariño de sus padres. Estos jóvenes tienen más tiempo  y dinero para comprar drogas así “olvidar”   los problemas familiares y personales. 

En un sector humilde la falta de recursos y oportunidades, la realidad precaria en la que viven, sin alimento, provoca estos males. Un joven pobre cuando no puede satisfacer sus necesidades básicas (alimento, salud, educación, techo, amor, protección  y seguridad) se  vuelve agresivo y violento, ahí comienzan los problemas. 

La desorganización. En la actualidad la juventud carece de organización. En la medida que pasa el tiempo más clubes juveniles desaparecen. Esto provoca que los jóvenes queden sueltos, realengos  provocando un libertinaje que se adueña de ellos. Las sectas satánicas, las pandillas y la delincuencia organizada aprovechan estas circunstancias para enamorar y conquistar estos jóvenes.

La falta de lugares de recrearon sana. Los jóvenes cuando llega el domingo no encuentran a donde dirigirse para compartir con otros jóvenes, votar el golpe como decimos en el lenguaje popular. Esto permite que vivan inventando, buscando otras opciones no muy favorables para ellos para sacar toda esa energía, o adrenalina que llevan dentro por su naturaleza. 

El desempleo.  Si un joven no trabaja no puede producir riqueza material ni cambios significativos en la sociedad y en  su  vida personal. El joven tiene la necesidad de expandirse, trasladarse de un lugar a otro para conocerlo y recrearse. Todo esto no puede hacerse sin dinero.

Sucede que muchos jóvenes quieren trabajar y a veces no se les tiene confianza a los jóvenes por su poca experiencia. El ocio, o sea el tiempo libre, le hace mucho daño a nuestros  jóvenes, porque su mente está en blanco, vacía. En ese momento intervienen los pensamientos negativos que arropan su mente  llevándolo a la delincuencia.

         La politiquería.  Muchas personas aparecen de la nada en la vida pública dizque como políticos, ofreciéndole a los jóvenes villas y castillos para que lo apoyen. Dañan su mente dándole romo malo en las actividades que organizan. Algunos  de estos individuos reciben dinero conseguido en malas prácticas, como el tráfico de drogas proveniente del extranjero y robos, llegan al llamado lavado de dinero. Sucede que si estos individuos logran llegar al poder, protegen a los grandes delincuentes, que en el proceso de alcanzar el poder lo apoyaron económicamente, esto fomenta la injusticia y la corrupción en gran medida.

 

         Un Estado blando. Muchos casos de corrupción que se dan en la élite del poder. Los llamados delincuentes de cuellos blancos, quedan impugne y andan por ahí como chivo sin ley. Si estos personajes poderosos no son castigados por sus actuaciones aberrantes frente a la sociedad, los jóvenes de las calles toman esto como ejemplo y van a seguir cometiendo actos delictivos, porque notan que  los de arriba se han hecho millonarios con la corrupción.

         Una policía corrupta, con poco sueldo y mal equipada. En esta institución, que es la encargada de velar por el orden y la paz de la ciudadanía, existen muchos militares corruptos que se las arreglan con los delincuentes para hacer de las suyas y conseguir alta suma de dinero, con los atracos, robos y secuestros que estos comenten. Muchos salen a las calles a conseguir dinero a como de lugar utilizando su uniforme y su jerarquía. ¡Esto da pena, pero es la realidad!

Entre las principales consecuencias tenemos:

El aislamiento social. Una persona que es considerada un delincuente no puede interactuar de manera positiva en la sociedad, es prejuiciado por los diversos grupos sociales, culturales y religiosos. Nadie quiere estar cerca de un delincuente por temor a que lo juzguen, considerándolo de tal forma como este.

La infelicidad. Un  delincuente no se siente bien con lo que hace, lo hace porque puede padecer de problemas emocionales causadas por traumas que vivió en su infancia, por la falta de amor y apoyo de sus familiares o por causas externas de la que hemos mencionado anteriormente. Nadie quiere ser malo y las personas consideradas malas sufren mucho esta circunstancia de la vida, en lo sentimental y emocional. 

La pobreza. En la medida en que una persona se involucra en actividades ilícitas ésta va empobreciendo, sin importar el dinero que  posee. Ser rico no consiste en tener mucho dinero, la verdadera riqueza se mide por la calidad de vida de las personas, por la forma de ver la vida y por el bien que se haga en ella. “Hay personas que son tan pobres, pero tan pobre que sólo tienen dinero”.

 La cárcel. Los actos ilegales son penados por la ley. La cárcel se hizo para aquellos individuos que no pueden convivir en sociedad, por su desequilibrio emocional.  Es una manera de aislarlos, así no tendrán  oportunidades se seguir realizando actividades criminales y vandálicas. Ahora bien, las cárceles de mi  país tienen que ser lugares de rehabilitación, donde los reclusos tengan especialistas de la conducta atendiéndolo, que existan centros de estudios en la parte interna de las cárceles, para que estos individuos salgan nuevos, preparados para insertarse de manera productiva en la sociedad.

Hospitalización o muerte. La delincuencia trae consigo enfermedades, rotura de partes del cuerpo como consecuencia de los enfrentamientos con la policía y con las personas afectadas de las comunidades donde cometen sus fechorías. Esto lo lleva al hospital o la muerte. Los hospitales de mi país dan pena por la carencia de medicinas e higiene que allí se vive. ¡Dios mío, esto es algo nefasto y deprimente para los pobres que solicitan sus servicios!

  El autor es Psicopedagogo, Comunicador y Político. 

 

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