Una empresa mexicana utiliza la inteligencia artificial (AI) para crear bases de datos cuyos algoritmos le dicen a una persona qué tantas probabilidades tiene de presentar diabetes; o, si ya la tiene.
La señora Gloria
Araiza no tiene riñones, perdió sus dientes y su visión se redujo al 20 por
ciento. Para caminar, utiliza una andadera y cada semana se somete a agotadoras
sesiones de hemodiálisis para sobrellevar la diabetes que padece desde hace 30
años.
Si en 1990 le
hubieran dicho a Gloria que existía una manera de saber que todo eso le iba a
suceder y que quizás había manera de prevenirlo, no lo hubiera creído. Hoy, sin
embargo, es una realidad.
Desde hace al menos
una década, muchas compañías trabajan en soluciones tecnológicas para prevenir
o afrontar la que es considerada la gran pandemia del siglo XXI: la diabetes,
una enfermedad que afecta a más de 20 millones de mexicanos, de los cuales 12
millones aún no saben que la padecen, según datos de la Organización Mundial de
la Salud (OMS).
Este sábado es el
Día Mundial de la Diabetes, enfermedad para la que uno de los más grandes
avances en su prevención es, sin duda, el que encabeza Prosperia, una empresa
mexicana que utiliza la inteligencia artificial (AI) para crear bases de datos
cuyos algoritmos le dicen a una persona qué tantas probabilidades tiene de
presentar diabetes; o, si ya la tiene, y conocer si a enfermedad se puede
complicar.
“Nuestra misión es
democratizar la detección temprana y el tratamiento de enfermedades crónicas y
sus complicaciones a través de soluciones basadas en inteligencia artificial”,
dice Alejandro Noriega, director de integración tecnológica de Prosperia,
organización que nació en el área de inteligencia artificial del Massachusetts
Institute of Technology (MIT), la cuna mundial de la investigación aplicada.
Uno de sus
proyectos más grandes son las “calculadoras de riesgo”, que no son otra cosa
que cuestionarios en línea. Una vez contestados, estos cuestionarios envían su
información a la data de Prosperia, donde gracias a la inteligencia artificial
se determina el riesgo que tiene una persona de padecer alguna enfermedad
crónica, como diabetes o hipertensión. Pero no sólo eso: si la persona ya
presenta alguna de estas enfermedades, el sistema le indica qué tantas
probabilidades tiene de desarrollar ceguera, amputaciones, insuficiencia renal,
infartos cardiovasculares y muchas otras consecuencias fatales.
Además, las
“calculadoras de riesgo” también tienen la función COVID, que te indica qué tan
peligroso puede ser el coronavirus en tu organismo, dependiendo de las
variables que detecte el sistema en tu cuestionario.
Si bien todas estas
funciones ya existen y son realizadas diariamente por una infinidad de médicos
en el país, lo que busca este nuevo sistema tecnológico es acelerar los
procesos de diagnóstico y fomentar la cultura preventiva. De esta manera, la
gente podría obtener diagnósticos de una manera mucho más rápida y económica.
“Nuestra misión es
entrar al sector salud para generar mayor impacto. Que nuestras soluciones
estén basadas en inteligencia artificial permite reducir los costos y aumentar
la eficiencia. De hecho, ya estamos en pláticas con el IMSS, llevamos
trabajando seis meses con ellos en un protocolo de investigación para avalar
cómo esta tecnología puede tener un gran impacto en salud y en
costo-efectividad del propio IMSS. Lamentablemente, el proyecto estuvo parado
varios meses por la pandemia, pero ya lo hemos vuelto a retomar”, asegura
Cristina Campero, directora de soluciones médicas de Prosperia.
Las “calculadoras
de riesgo” también tienen habilitado el ealizar diagnósticos tempranos de
retinopatía diabética, una de las consecuencias más comunes de la diabetes que,
a la larga, produce ceguera. En México, cerca de cinco millones de personas
tienen o desarrollarán retinopatía diabética; sin embargo, únicamente 16 por
ciento de los casos son diagnosticados, según datos del Inegi.
Avances en prótesis
El pie diabético es
una de las complicaciones más frecuentes de la diabetes y es la primera causa
de hospitalización entre las personas que padecen esta enfermedad, según la
Federación Mexicana de Diabetes. Lamentablemente, muchos de los que entran al
quirófano por una úlcera en el pie salen con un miembro amputado.
La Academia
Nacional de Medicina estima que en México viven cerca de 900 mil personas con
al menos una amputación. Sin embargo, según el Inegi, sólo el 10 por ciento de
ellas tiene acceso a una prótesis debido a los costos elevados de estos
dispositivos y a que no existen campañas informativas eficaces de parte del
sector salud.
Ante este panorama,
diversas organizaciones trabajan en soluciones de movilidad para esta
población, que es la más discriminada del país, según el CONAPRED. Una de estas
compañías es Ottobock, empresa alemana que ha desarrollado piernas de alta
tecnología para quienes han perdido esta extremidad debido al pie diabético u
otra causa.
Uno de ellos es
Tritón, un pie de alta gama elaborado con fibra de carbono, uno de los
materiales más resistentes del planeta, pero también uno de los más nobles en
nivel de flexibilidad, explica Elizabeth Guillot, ingeniera biomédica de la
Universidad La Salle y coordinadora de marketing de Ottobock para México,
Centroamérica y el Caribe.
“Esta prótesis ya
está a la venta en México y funciona con una tecnología mecánica, ideal para
pacientes que tengan rutinas laborales agitadas y que estén acostumbrados a
hacer ejercicio. Incluso pueden jugar al tenis o hacer montañismo. La clave
está en el resorte, el cual permite que el paciente camine de manera casi
natural gracias al dinamismo que proporciona el sistema”, dice Gillot.
También existe otro
pie llamado Taleo, el cual también está hecho de fibra de carbono, pero es un
poco más suave, pues está dirigido a las personas que aún son activas, pero que
no tienen el hábito de hacer ejercicio.
“Lamentablemente,
la diabetes es una enfermedad que ataca a personas cada vez más jóvenes, por lo
cual creemos que es necesario brindar opciones de movilidad no sólo para las
personas de la tercera edad, sino para pacientes que todavía tienen una vida
económica y socialmente activa”, comenta la experta.
Fuente: https://acento.com.do/
0 Comentarios