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Cómo minimizar riesgos en los encuentros familiares esta Navidad

 Los expertos aconsejan reuniones de corta duración, con hasta seis personas de dos burbujas, mascarilla, distancia social y, a ser posible, en exteriores

 


CRISTINA SÁEZ

Solo hay una forma de celebrar la Navidad de forma segura y sin correr riesgos, y es quedándonos en casa, solos o con las personas con las que convivamos de forma habitual o ‘burbuja’. Seguramente, esta opción no es la que satisfaga a muchas personas y familias, que durante este año de pandemia apenas han podido verse, pero es la única que garantiza que no aumente la trasmisión de la Covid-19.

Y eso es crucial en un momento en que la R vuelve a estar por encima de 1; que España ha iniciado la semana de fiestas con la epidemia al alza y riesgo muy elevado de rebrote en casi todas las comunidades; que se ha conocido que hay una nueva cepa, británica, que podría ser mucho más contagiosa de SARS-CoV-2  que si empezara a circular por nuestro país podría disparar los casos; y que otros países europeos con situaciones similares e incluso algo más benevolentes que la nuestra han optado por restricciones mucho más drásticas, como, directamente, suprimir las celebraciones de estas fiestas o nuevos confinamientos.

“Es que estas Navidades tienen que ser forzosamente distintas porque estamos en medio de una pandemia”, advierte el epidemiólogo Icrea Quique Bassat, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación ‘la Caixa’. “No hay que obsesionarse con las fechas. Podemos celebrar las navidades más adelante, juntarlas con Sant Jordi o con Sant Joan y entonces podernos reunir bien, y abrazarnos de nuevo. Ahora no es el momento. Ahora toca cuidarnos y protegernos”, apostilla.

De hecho, todos los expertos consultados por este diario coinciden en señalar que lo más conveniente sería festejar las fiestas solo con nuestra ‘burbuja’, aunque se avienen a aconsejar cómo reducir al máximo el riesgo de contagio en caso de que, pese a todo, decidamos realizar los ágapes navideños con familia y amigos.

Los expertos señalan que lo más conveniente sería festejar las fiestas solo con nuestra ‘burbuja.

Para empezar, y en la línea de la petición que la lanzado el Centro europeo para la prevención y el control de enfermedades (ECDC), recomiendan no viajar. El virus no se mueve solo, lo movemos nosotros. Ir de una zona con una tasa de transmisión comunitaria elevada a otra donde puede que apenas haya casos supone aumentar el riesgo de producir un brote en esa zona. O al revés, de contagiarnos. Es conveniente evitar coger transporte público para desplazarnos, aunque si se debe hacer, tomar todas las medidas de prevención: mascarilla, distancia de seguridad y lavado de manos frecuente.

Si vamos a visitar a familiares de riesgo, es más que aconsejable haber hecho una cuarentena al menos 10 días antes, para minimizar las probabilidades de que tengamos la infección. Y “solo acudir a la reunión familiar en caso de estar 100% bien”, señala el investigador de ISGlobal Antoni Trilla y epidemiólogo del Hospital Clínic de Barcelona. El menor síntoma, desde un dolor de cabeza o de barriga hasta una diarrea o unas décimas, debe hacernos quedar en casa. ”Hay que maximizar el principio de precaución”, recuerda Trilla, que añade que tampoco hay que ir si estamos a la espera de resultados de una PCR o si hemos estado en contacto con un positivo en los últimos 14 días.

Si vamos a visitar a familiares de riesgo, es aconsejable haber hecho una cuarentena al menos 10 días antes.

Si nos reunimos, el Procicat establece que máximo 6 personas, aunque el número se puede aumentar a 10 en los días señalados: 24 noche, 25, 26, 31 de diciembre y 6 de enero. Eso sí, única y exclusivamente se pueden mezclar dos grupos convivientes. El escenario que menos riesgo comporta es un exterior. “Podemos cambiar los ágapes navideños por un paseo con los abuelos, en los que todos llevamos mascarilla y mantenemos distancia. O nos sentamos en un parque, una terraza o un jardín”, apunta Enric Álvarez, investigador del grupo BIOCOMSC de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC).

Se sabe que donde más se transmite el virus es en interiores donde hay mucha gente y mala ventilación. En exteriores, el riesgo es hasta 20 veces menor si se cumplen las medidas de prevención: mascarilla, distancia social e higiene de manos.

En exteriores, el riesgo es hasta 20 veces menor si se cumplen las medidas de prevención: mascarilla, distancia social e higiene de manos.

Si disponemos de espacio en exteriores, como un jardín o terraza, se puede celebrar una comida, aunque el riesgo aumenta a moderado respecto a la opción del paseo, porque nos tenemos que quitar la mascarilla para comer y beber, y porque es más complicado mantener distancias de seguridad.

Si pasamos la comida a interior, el riesgo se dispara considerablemente. “Hay que ser muy consciente de que cuando estamos con la familia y los amigos, bajamos la guardia de forma inconsciente, no percibimos el riesgo, pensamos que cómo nos va a contagiar un hermano o un sobrino, pero claro que puede ser. De hecho, es en los entornos familiares donde más contagios se producen”, resalta Bassat.

Hay que evitar contacto físico: nada de besos ni abrazos, y menos aún estar apiñados en espacios pequeños. Se debe llevar mascarilla -esencial que esté bien ajustada a la cara, tapando nariz y barbilla- en todo momento, excepto cuando se come. “Es aconsejable que cuando estemos comiendo, lo hagamos en silencio, que reservemos la conversación, en tono bajo, para cuando llevemos mascarilla”, indica Álvarez.

Este año, los expertos coinciden en señalar que mejor que todo el mundo tenga servida en su plato la comida, para evitar compartir utensilios y sea solo una persona la encargada de servir, de llevar y traer los platos a la cocina -no tiene por qué ser la madre o la abuela-. La cocina no puede convertirse en lugar de charlas, como en otros años. También conveniente que las personas se sienten con sus burbujas, y que los más vulnerables lo hagan junto a familiares que se hayan aislado de forma voluntaria antes.

 

Hay que aumentar la ventilación, bien dejando las ventanas un palmo abiertas para que se renueve el aire continuamente, o bien abriendo cada poco tiempo todo de par en par, también el baño y la cocina. Y, claro está, aumentar la frecuencia con que nos lavamos las manos. Asimismo, la comida en un interior, mejor cuanto más breve. El riesgo aumenta conforme más tiempo pasemos juntos. La sobremesa se puede hacer en el balcón o la terraza, o ir a la calle a dar un paseo.

“También es conveniente reducir encuentros”, recuerda Trilla, para quien no hace falta verse el 25 y el 26. “Un estudio en una prisión de los EEUU demostró que los contagios no solo se producen con un contacto prolongado con alguien contagiado, también contactos frecuentes cortos aumentan la probabilidad de infección”, señala.

En cuanto a los tradicionales villancicos, mejor grabados. Se ha visto que cuando usamos un tono de voz elevado, exhalamos más partículas respiratorias y de saliva que, si estamos contagiados, pueden aumentar el numero de partículas que dispersamos al ambiente y, por tanto, incrementar el riesgo de contagio. Los mismo ocurre si gritamos o hablamos fuerte. “Podemos tratar de buscar estrategias para minimizar riesgos, por ejemplo, que los niños caguen este año al Tió en un exterior, y sean ellos los que canten, en un rincón, pero no los adultos”, propone Bassat.

“No se acaba el mundo por no poder celebrar la Navidad como otros años. Cuanta más gente veamos, más riesgos asumimos y eso puede ser muy peligroso sobre todo para la gente más vulnerable”, considera Juan Pablo Horcajada, jefe del servicio de enfermedades infecciosas del Hospital del Mar y coordinador Covid. En Estados Unidos, dos semanas después del día de acción de gracias, la única fecha al año en que se suelen reunir las familias, el país registraba las peores cifras de toda la pandemia. “Salir de compras a lugares concurridos, quedar para comer, vernos con amigos y familiares como si nada son situaciones de gran riesgo que ahora no nos podemos permitir”, concluye. 

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