Ana Callejo Mora
La halitosis, comúnmente conocida como mal aliento, que podría afectar a una persona de cada cuatro, “puede estar producida por causas extraorales (que se origina en la exhalación por los pulmones) o intraorales (que se origina en la boca o las vías respiratorias superiores, por compuestos de azufre volátil o VSC, según sus siglas inglesas). La mejor forma de diferenciar entre las dos formas es comparando el aliento por la boca con el aliento por la nariz”, explica a CuídatePlus Rocío Lamela, odontóloga y cirujana oral de Maxilodental Cemtro.
La mayor parte de los estudios apoyan la proposición de
que la halitosis es un problema de salud bucal subestimado en la
población, en general. Esto se basa, en gran medida, en el hecho de
que muchos enfermos no saben que lo padecen o también se sienten
avergonzados por su condición para informarse o buscar ayuda.
A pesar de que la mayoría de los casos de halitosis son
intraorales, conviene conocer las halitosis extraorales y la halitosis
delirante.
Halitosis intraorales: las más comunes
Está bien demostrado que en el 90% de los casos de
halitosis, esta es intraoral. Las condiciones de humedad y temperatura de
hasta 37°C dentro de la cavidad bucal proporcionan un ambiente ideal para que
las bacterias florezcan y de manera eficiente metabolizan los aminoácidos que
contienen azufre (L-cisteína + L-metionina) para generar sulfuro de hidrógeno y
metilmercaptano.
Una de las causas de halitosis intraoral es el recubrimiento
de placa bacteriana en el dorso de la lengua (biofilm blanquecino): “El
recubrimiento bacteriano de la lengua se considera el contribuyente más
importante a los niveles de halitosis, porque el dorso de la lengua es un
reservorio para bacterias anaeróbicas. Una sola célula epitelial en el
dorso de la lengua puede albergar hasta 100 bacterias más que en cualquier otro
lugar de la cavidad bucal”, especifica Lamela.
Esto se debe, principalmente, a la superficie de la lengua
"llena de cráteres” consistente en una estructura papilar compleja que
favorece la retención de cantidades considerables de bacterias. Estos
microbios, especialmente gramnegativos y anaerobios productores de nitratos
proteolíticos (por ejemplo, Veillonella y Actinomyces), son
competentes en la producción de sustancias olorosas a partir de restos de
células epiteliales y de alimentos.
También hay una alta diversidad de especies bacterianas en
el dorso de la lengua, lo que sugiere que el mal olor bucal es creado por
interacciones entre varias especies bacterianas en lugar de por unas pocas
dominantes.
“La asociación entre halitosis y las bacterias que recubren
la superficie lingual es particularmente fuerte en la región posterior,
donde las papilas son circunvaladas. Se ha demostrado que estas superficies
papilares llevan la carga más alta de gramnegativos, bacterias que contribuyen
al mal olor bucal. Para agravar el problema, estas regiones también son
menos accesibles a los procedimientos rutinarios de higiene bucal, permitiendo
una mayor acumulación de bacterias”, cuenta Lamela.
Otros estudios proponen que es la composición del
recubrimiento bacteriano lingual en lugar de la cantidad. Por ejemplo, la
halitosis se ha relacionado simplemente con la presencia de Porphyromonas
gingivalis en el dorso de la lengua, en lugar del espesor de la capa.
Además del importante papel de las bacterias gramnegativas
en la producción de VSC, también se considera que la beta-galactosidasa de las
bacterias grampositivas desempeña un papel, especialmente en el mal olor
asociado al recubrimiento de la lengua.
Otra fuente de halitosis intraoral, indica Lamela, es la
causa periodontal. “Muchos estudios han respaldado una correlación directa
entre la salud periodontal y la halitosis. Una teoría que apoya la
conexión entre halitosis y enfermedad periodontal, se origina en el hecho de
que los pacientes con periodontitis tienen un aumento del recubrimiento de
placa bacteriana de la lengua. Se sugiere que las bacterias anaeróbicas
presentes en la lengua de estos pacientes son responsables de su halitosis en
lugar de las bacterias asociadas con la enfermedad periodontal”.
Otros estudios han postulado que la halitosis podría ser
debido a una mayor concentración de VSC en sitios creviculares, que son
bastante profundos en pacientes periodontalmente comprometidos. Sin embargo,
algunos estudios consideran que la bolsa periodontal es un ambiente cerrado y
que solo una pequeña fracción de los gases puede escapar a la boca. Esto podría
explicar por qué algunos estudios no han logrado encontrar una correlación
entre la salud periodontal y la halitosis. Además de las afecciones
periodontales no tratadas, las lesiones cariosas (caries) profundas no
tratadas, también crean sitios profundos que pueden retener restos de comida y
placa dental, dando como resultado halitosis.
“Otros factores que influyen la halitosis intraoral
incluyen: pulpas dentales expuestas, dientes no vitales, cicatrización de
heridas y aparatos de ortodoncia fijos. Todos estos factores crean un
sitio de retención de comida o placa que permite la putrefacción de los
aminoácidos por parte de las bacterias”, añade la especialista de Maxilodental
Cemtro.
También hay casos de halitosis temporal que duran solo
varias horas. Por ejemplo, el período posterior tras haber ingerido
alimentos que contienen VSC, como el ajo o la comida rápida. Por el contrario,
los alimentos con alto contenido en fibra, como las frutas y verduras o el té
verde, promueven el vaciado gástrico y reducen eficazmente los niveles de VSC
durante un período de tiempo.
Fuentes extraorales de halitosis
Aunque el 90% de la halitosis es intraoral, es importante
tener en cuenta el potencial sistémico extraoral, afirma Lamela. El hígado
es una de las fuentes extraorales más importantes de mal aliento, con su
infección crónica. Afecta aproximadamente a 400 millones de personas
alrededor del mundo. El término fetor hepaticus o hedor
hepático, refiriéndose a un aliento ligeramente dulce, mohoso y fecal se
correlaciona directamente con la hepatitis y la insuficiencia hepática. Una
característica definitoria de fetor hepaticus es el metilmercaptano VSC, y su
asociación con la halitosis es sustancial, especialmente cuando se combina con
factores atenuantes conocidos como periodontitis, xerostomía (boca seca) y
tabaquismo.
La halitosis extraoral también puede ser causada por infecciones
del tracto digestivo que provocan secreciones nasales o de los senos nasales
que pasan a la faringe, enfermedades gastrointestinales y trastornos
hematológicos o del sistema endocrino.
La halitosis delirante: casos muy raros que no hay que
ignorar
Además de la halitosis convencional, aproximadamente el 5%
de los casos se denominan "halitosis delirante" o "hipocondría
monosintomática". Estas son situaciones en las que el paciente se
queja de mal olor persistente, pero no hay signos subjetivos u objetivos del
examen y las investigaciones posteriores. Esto puede ocurrir ya sea porque
el paciente está convencido de que tiene un problema (pseudo-halitosis) o
porque tiene miedo de que puedan desarrollar la condición.
“Estos casos son muy raros, pero no deben ignorarse”,
aconseja la odontóloga. “Curiosamente, los anuncios de productos de higiene
bucal han mostrado ser responsables del aumento en el número de pacientes con
halitofobia. En términos de tratamiento, la recomendación para la halitosis
delirante es explicar cuidadosamente la situación real al paciente y enviarle
para apoyo psicológico o psiquiátrico lo antes posible. Un enfoque
multidisciplinario, la participación de dentistas, profesionales de la salud,
psicólogos y psiquiatras es, por tanto, necesaria para estas afecciones”.
¿Cómo se puede prevenir?
Por último, Lamela señala que la halitosis se puede
prevenir evitando los factores de riesgo -tabaco, alcohol, excesivo café y
sustancias irritantes-, hidratándose y manteniendo una dieta saludable, así
como una correcta higiene bucal (técnica de cepillado de dientes, encías y
lengua) y acudiendo periódicamente al odontólogo de confianza para mantener un
correcto estado de salud oral.
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