Nuestra personalidad impregna todo lo que somos y hacemos. Por ello, en el acto de regalar revelamos mucha información acerca de nosotros mismos.
La psicología del regalo muestra una relación existente entre nuestra personalidad y el tipo de obsequios que ofrecemos. No sólo el contenido del presente tiene relevancia, también la presentación y los costes de toda índole juegan un papel importante.
¿Planeas
los regalos con antelación o vas sobre la marcha?. ¿Intentas aportar un toque
personal o priorizas el valor monetario?. Todos los
aspectos implicados en el proceso de regalar pueden ayudarnos a hacer una
radiografía interior de la persona que regala.
Veámoslo con más detenimiento.
Psicología del regalo
Hacer
regalos puede ser visto como un contrato social o como un acto de aprecio
mutuo. En cualquier caso existen
cuatro componentes clave que determinan nuestra forma de regalar y, por ende,
nuestra personalidad.
· Costes financieros: el valor monetario del
regalo que elegimos
· Tiempo empleado en adquirir o elaborar el
obsequio
· Energía mental invertida en planificar y
escoger un regalo adecuado al destinatario
· Costes físicos necesarios para conseguir
el presente
Algunas investigaciones han
encontrado que, a la hora
de recibir un regalo, las personas valor más la inversión de tiempo, energía
mental y física. El valor monetario parece ser el aspecto menos tenido en
cuenta. Sin embargo, todo depende de la situación y las personas involucradas.
En
cualquier caso, la mayor
o menor implicación de cada individuo en estas áreas nos ayuda a realizar un
perfil de su personalidad. Quien prioriza el dinero
invertido en el regalo será, seguramente, diferente en muchos aspectos a quien
opta por dedicar su tiempo a lograr el regalo perfecto. Quien prevé con meses
de antelación qué va a regalar, diferirá de aquella persona que prefiere ser
más espontanea pero más creativa y emplear toda su energía física en la
consecución del presente.
Rasgos
narcisistas
Las
personas con rasgos narcisistas se consideran a si misma superiores
al resto y merecedoras de todo lo bueno de la vida. Esto se refleja también en
su forma de regalar pues intentan
que su regalo sea tan único como ellos se sienten. Nunca optarán por artículos
sencillos o convencionales, prefieren algo exclusivo e inolvidable.
Generalmente escogen
regalos caros, grandes u ostentosos. Pensarán con detenimiento qué
regalar para dejar una huella positiva y duradera en el receptor. Por ello
también es común que dediquen tiempo a cuidar que el envoltorio y la
presentación del regalo sean igualmente impresionantes.
Gran corazón
Para este tipo de personas lo
más importante es el componente emocional del regalo, con él
buscan demostrar su afecto hacia el destinatario.
Debido a esto dedican un gran esfuerzo en encontrar algo que realmente emocione
a la otra persona y se adecue a sus gustos e intereses. No repararán en el
precio puesto que el valor sentimental es su máxima prioridad.
Es muy frecuente también que entreguen
regalos hechos por sus propias manos o personalizados de
algún modo. Son el tipo de personas que disfrutan envolviendo ellos mismos los
regalos y agregando tarjetas y dedicatorias.
Falta de empatía
Las
personas poco empáticas enfocan el acto de regalar casi como un
compromiso social. No se preocupan en analizar los gustos
del destinatario y suelen comprar algo fácil, rápido e impersonal.
Además, tienden a dejar todo para el último momento y, la mayoría de las veces,
no cuidan de la presentación ni de los detalles.
Perfeccionismo
Las
personas perfeccionistas aspiran a la excelencia y no toleran los
fallos. Por ende, pondrán
especial cuidado en que el regalo se encuentre en perfecto estado y la
presentación sea impecable. Una imperfección en el
embalaje será motivo suficiente para cambiarlo por otro.
Para alcanzar estos
exigentes estándares, comenzarán a planear el regalo con bastante antelación. De
forma se aseguran de contar con el tiempo suficiente para tener todo bajo
control y solucionar cualquier imprevisto.
La psicología del regalo perfila, pero no
sentencia
A
partir de todos estos elementos podemos hacernos una idea del perfil de
personalidad de quien nos hace un regalo. Sin embargo, es necesario tener en cuenta muchos otros aspectos de su conducta
en otras áreas de su vida para catalogar a alguien como muy empático o poco,
narcisista o humilde.
Disfrutemos
de los obsequios que otros nos hagan y tratemos de poner lo mejor de nosotros
mismos en la situación inversa. Al fin y al cabo, regalar constituye una excelente forma de estrechar lazos
sociales.
Fuente: La mente es maravillosa
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