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La deserciĆ³n escolar y el matrimonio precoz dos alas de estancamiento.


Por Carlos Candelario Veras

 

La deserciĆ³n escolar

Consiste en el desencanto o el alejamiento de los jĆ³venes de los estudios.

Los jĆ³venes dejan sus estudios por diversas razones: la desintegraciĆ³n familiar, la poca motivaciĆ³n por parte de los padres, pobreza desmedida, embarazo en la adolescencia, problemas de salud, emocionales, sicolĆ³gicos y personales.

 

         Una amplia gama de jĆ³venes abandonan sus estudios por el trabajo, porque se desesperan al verse sin ganar dinero, quieren tener la satisfacciĆ³n que da el ganar su propio dinero. Otros lo hacen involuntariamente porque sus familias se encuentran en estado crĆ­tico, deprimente, en el aspecto econĆ³mico.

 

       Muchas veces el joven vive en un ambiente donde es estimulado, por jĆ³venes del sexo opuesto, esto provoca una atracciĆ³n de su parte. Sucede que a la joven no le gusta el estudio y sĆ­ disfrutar de la vida alegre, del momento presente, quiere encontrar una persona que le agrade para hacer su vida de una manera rĆ”pida, con poco esfuerzo, sin pensar en las consecuencias de esto. Un joven sin madurez y sin experiencias se deja influenciar por ella, esto provoca que Ć©l se divorcie de los estudios para casarse, al casarse tiene que trabajar para mantener una familia.

      

       Estas son muchas de las causas del bajo nĆŗmero de profesionales en los barrios y de la gran cantidad de jĆ³venes sin base, con empleos de bajos sueldos y difĆ­ciles, “maltratados”.

Esto trae como consecuencia el aislamiento social, la falta de conciencia o la ignorancia, el estancamiento en el crecimiento intelectual y econĆ³mico del joven.

 

El matrimonio precoz:

Consiste en una uniĆ³n conyugal sin preparaciĆ³n, sin base ni fundamento. Esta ocurre antes de tiempo e inesperadamente entre adolescentes y jĆ³venes inmaduros.

 

         Este fenĆ³meno durante el transcurso del tiempo aparece con mĆ”s frecuencia en paĆ­ses en vĆ­a de desarrollo como el nuestro, por diferentes factores y causas que veremos a continuaciĆ³n.

 

         Lo que se ve con mĆ”s frecuencia en este paĆ­s, lo que estĆ” la moda es la joven incipiente, ignorante, con ansias de libertad, que no aguanta la presiĆ³n de sus padres, los problemas, los desacuerdos que surgen en el hogar, la falta de comprensiĆ³n, de amor y se va de la casa con el novio a escondida. Dentro de un tiempo aparece transformada en una mujercita y muchas veces embaraza.

 

         Muchos padres no le brindan confianza a sus hijos, no se comunican con ellos, ni le dedican tiempo. Esto trae como consecuencia este problema, que los jĆ³venes se vayan de sus casas con otro.

 

Otros jĆ³venes deciden casarse porque se desesperan y quieren saber lo que se siente al vivir solos, independizados de sus padres, sin nadie adulto que lo moleste ni lo cuestione. Se van por rebeldĆ­a y por curiosidad.

 

Si una persona elige este camino tropieza con muchas vicisitudes en su vida, puede estancarse en su desarrollo. Por un lado los compromisos familiares del joven, lo de mantener a su pareja y sus hijos, lo va a obligar a trabajar en cualquier empleo sin importar lo complejo, ni lo mal pagado que sea y lo va a alejar de los estudios por la falta de dedicaciĆ³n, entrega y tiempo.

 

Por otro lado, los compromisos de la joven: la de criar, cuidar y formar a sus hijos y la de atender a su pareja y la casa, nos referimos a los quehaceres domĆ©sticos: cocinar, limpiar, lavar, planchar entre otros. Esto convierte a las personas en esclavas, de manera que no les permite crecer en los aspectos econĆ³mico, social y cultural.   

 

Muchas jovencitas son abandonadas por sus parejas, al no tener capacidad para mantenerlas en el aspecto econĆ³mico, de cuidarla, de darle amor y protecciĆ³n, que es lo que estas personas necesitan en esa edad. Estas lozanitas se van “con el rabo entre las piernas” para su hogar paterno a pasar trabajos y mojones.

 

 En estas circunstancias puede venir un embarazo inesperado por la falta de conciencia sobre esto y ahĆ­ comienza el estancamiento, aunque jĆ³venes resilientes pueden ir hacia el desarrollo en esta realidad.

 El autor es Psicopedagogo y Gestor Cultural

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