Por: Ana Núnez
Enseñar a los niños sobre el medio ambiente es construir las bases de la vida futura. Conoce aquí las líneas esenciales de un programa de restauración de ecosistemas a su medida.
En este sentido, los
adultos debemos promover espacios para que nuestros hijos vivan en pleno
diálogo con la naturaleza. Representada en el mar, la montaña, los bosques,
pero también en su contexto inmediato. Importante es saber que cada uno de esos
entornos es sensible a la contaminación.
¿Cómo transmitirles esto?
Descubriendo en familia y en comunidad que la vida nos necesita. Lo que se
traduce en menos plástico, humo, ruido, y más agua y verde. En fin, un mundo
a la medida de los niños es sin duda más seguro para todos. Veamos cómo
conseguirlo.
Formas para enseñar a los niños a cuidar el
medio ambiente
Para enseñar a los niños a
cuidar el medio ambiente podemos revisar con ellos la siguiente
reflexión: nuestro modo de vida hace que se consuman en décadas,
recursos que duraron miles de años. Y a partir de allí nos toca ser
responsables del planeta.
Hay procedimientos factibles que hacen parte de una campaña
global a través del “Manual de restauración de los ecosistemas” de las
Naciones Unidas. Estos describen una serie de indicaciones para actuar sobre
los bosques y árboles, ríos o lagos, pueblos y ciudades, océanos y costas. Aquí
un resumen.
1. Plantar árboles
De las actividades de
restauración, plantar árboles es de las sencillas y trascendentes. Enseña
a los niños sobre el cuidado y brinda un ejemplo perfecto de lo que
significa proteger y conservar. Ofrece contenidos relevantes sobre la relación
entre geografía y naturaleza.
En efecto, las especies
que serán sembradas responden al tipo de suelo, al clima y a la región. Y
aunque haya adaptaciones y aclimataciones, será valioso que los niños adquieran
conocimientos básicos sobre las variedades autóctonas.
2. Limpiar las playas y
riberas
La limpieza de las playas y riberas, en especial de materiales
como el plástico, el vidrio y el caucho, se puede planificar de manera
comunitaria. O bien a través de organizaciones que contemplan estas
jornadas entre sus objetivos.
Con bolsas, guantes y un
sentido nato de colaboración, los niños participan entusiastas en una
actividad que reduce afectaciones reales para la flora y la fauna. Estas
jornadas de limpieza reducen en millones de toneladas la contaminación de playas y riberas.
3. Crear áreas verdes
Las áreas verdes son
espacios esenciales para la vida en la ciudad, al mejorar el aire, el agua y los recursos del suelo.
Absorben contaminantes y evitan la erosión. Además, generan colchones térmicos,
reducen los ruidos y el dióxido de carbono. Brindan refugio y protección a la
fauna silvestre.
Las áreas verdes son un punto pendiente en la agenda
escolar y en las organizaciones que velan por el buen vivir de las comunidades.
Los niños participan sembrando y cuidando.
4. Sembrar diversidad con especies locales
La idea es despertar en
los niños el interés por los modos de reproducción de las especies. La vida se
encuentra en la variedad y los ecosistemas son un conjunto integrado cuyo
equilibrio depende y se sostiene en la riqueza ambiental.
Los monocultivos esterilizan
y reducen la biota. El balance energético que aporta la biodiversidad se
traduce en eficiencia y sustentabilidad económica, ecológica y social.
5. Organizar excursiones
Realizar excursiones
permitirá tener de primera mano información del entorno y aportará el
sentimiento de conservación y protección. El niño que excursiona establece una
relación directa entre curiosidad, investigación y memoria.
Las experiencias
significativas son inolvidables. Los
conceptos que se memorizan para una asignación escolar se olvidan más temprano
que tarde. Sin embargo, una excursión al bosque o al mar será recordada con
sorprendente claridad.
6. Conocimiento de energías alternas
Desarrollar en grupo
diseños de generación y aprovechamiento de energía a partir de celdas solares, molinos o dinamos;
o bien construir prototipos en la escuela, son actividades que permitirán relacionar
a los niños con estos escenarios. Las energías alternas a la fósil son
el futuro próximo.
Importancia de la concienciación sobre el medio
ambiente
Enseñar a los niños sobre
el medio ambiente establece un vínculo que suscita acciones que contribuyen a la
protección del ecosistema. Estas se reflejan en prácticas como el reciclaje en la casa y la escuela, la participación en
voluntariados y la elaboración de proyectos ecológicos innovadores.
La conciencia ambiental es
una filosofía que descubre la relación intrínseca entre el hábitat y el ser
humano. Se trata de un enfoque sistémico que enlaza la conciencia y la
acción con la comprensión de la salud como un todo.
Enseñar a los niños sobre el medio ambiente no
es una tarea solo escolar
La enseñanza del cuidado
del ambiente es un compromiso de los padres y de todos los que integran la
comunidad. La forma de vida que nos rodea presiona más de la cuenta los
recursos del planeta.
Acaso no lo vemos, pero
los mares y bosques se resienten. La idea de un sistema integrado o el
principio holístico de la realidad es un escenario común en el que estamos implicados. Como
si la tierra fuera una nave y la humanidad viajara en ella.
Esa imagen de totalidad y
de correspondencia es más que una asignatura pendiente. Es el contenido de un
plan de vida integral que puede o no garantizar el porvenir.
El poeta Giacomo Leopardi decía lo siguiente: “Los niños hallan el todo en la nada; los hombres, la nada en el todo”. Sin duda, los grandes necesitamos mirar un poco más como los niños.
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