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No sé qué hacer con mi vida: 5 estrategias para encontrar un camino

Por: Bernardo Peña

Para encontrar un camino, debemos hacer caso de nuestra intuición. Empieza a escuchar esa voz interior y a potenciar tus virtudes y olvidar tus defectos para apuntar al éxito.



En algunas etapas de la vida nos agobiamos por encontrar un camino que aún no hemos vislumbrado. Esa carrera que no sabemos qué hacer, la preocupación por el hecho de no encontrar un trabajo y otro sinfín más de situaciones en las que nos sentimos presionados por nuestro entorno.

Cuando esto ocurra, debemos tener bien presentes 5 estrategias que nos ayudarán a encontrar ese camino que aún no ha aparecido delante de nosotros. La clave está en que, si no se hace notar por sí solo, empecemos a crearlo nosotros.

1. Sal de tu zona de confort, la clave de las estrategias para encontrar un camino

Si te quedas quieto en un mismo lugar, desde luego que encontrar un camino será un deseo que jamás se hará realidad. Piensa por un momento: ¿de qué te sirve anhelar algo con todas tus fuerzas y fantasear con ello desde la ventana de tu habitación si luego no vas a hacer nada por conseguirlo?

Por ejemplo, si quieres ir a un espacio natural que te hace ilusión, comienza a elaborar el paso a paso para llegar allí. Mira rutas, averigua el servicio de transporte público, comparte la idea con alguien que consideres que se apuntaría a la excursión y si lo hace, sigan elaborando el plan para hacer las cosas realidad.

Soñar, anhelar y fantasear con cosas no es malo, pero no hacer nada por conseguirlo sí.

Ponerte en movimiento y buscar la forma de hacer realidad lo que deseas, así como descubrir cosas por el camino y sumar experiencias nuevas te ayudará a ver más allá de esa zona de confort en la que te sientes tan seguro, pero también tan frustrado.

incitan a pensar en lo desgraciado que eres y lo triste que te sientes porque eres el único que no ha podido encontrar un camino.

2. Escúchate

Tal vez las palabras tristes, rabiosas y desmoralizantes que invaden tu mente y tu ansiedad por estar en esta situación estén evitando que te escuches. A veces, nos da miedo hacerlo, pues escucharnos atentamente nos aporta pistas y nos muestra todo aquello bueno y malo que estamos haciendo.

Si te encuentras perdido, acude a ese “sexto sentido” o déjate llevar por la intuición. Quizás no encuentras un camino porque lo estás racionalizando todo demasiado.

Esa carrera no tiene salida, jamás encontraré un trabajo… Estos pensamientos son fruto de miedos infundados que te están bloqueando. Déjate llevar y no te anticipes al futuro. Este te está guardando muchas sorpresas.

3. No te centres en tus defectos

Seguro que, en más de una ocasión, has perdido el tiempo intentando solucionar todo eso que se te da mal o ese defecto que no te gusta y que te causa una gran inseguridad. Es el momento de dejar todo esto a un lado. Estás gastando tiempo. Así que empieza a potenciar todas tus virtudes y talentos.

¿Verdad que piensas que no tienes ninguno? Eso es porque nunca te has prestado atención de esta manera.

No te infravalores, observa qué se te da bien, en qué destacas… Por muy pequeña que sea esa virtud, puedes potenciarla y convertirla en algo grande. ¿Qué tal si empiezas a sacarte partido?

4. Piensa qué es lo que quieres

Puede que resulte fácil pero, en la mayoría de las ocasiones, seguro que no tienes ni idea de qué es lo que quieres. Por eso, te sientes perdido, sin un camino que recorrer. Debes tomarte tu tiempo, guardar esas presiones para impulsarte después de saber la dirección que has decidido seguir.

Si no sabes lo que quieres, difícilmente podrás salir en búsqueda de algo que puedas encontrar. Tus metas tienen que ser concretas.

Esperar no te aportará nada, estresarte y dejarte llevar por los pensamientos rumiantes tampoco. Es el momento de que sepas contestar a la pregunta de “¿qué es lo que quieres?” y empieces a avanzar.

5. Ponte metas grandes para encontrar un camino

Ponerse una meta realista no implica que esta deba ser pequeña o mediocre. Lo ideal es pensar en un objetivo a largo plazo que, cuando lo consigamos, nos sintamos muy orgullosos. Eso sí: hasta llegar a esto, es necesario ponernos pequeñas metas que nos lleven a este resultado final.

Si deseas, por ejemplo, vivir viajando, no te conformes con un trabajo que se pueda parecer a esto o que, incluso, ayude a otros a lograr lo que tú no estás consiguiendo. Céntrate en lo que desees y empieza a tomar pequeñas decisiones que te acerquen a lo que quieres conseguir. Esto se traducirá en felicidad.

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