La responsabilidad social y ambiental de las empresas son dos conceptos que han ganado cada vez más relevancia a lo largo de los últimos años. A grandes rasgos, estos programas estratégicos se refieren a acciones puntuales por parte de las compañías para tener un impacto positivo en sus respectivas comunidades y en el medio ambiente.
La implementación de este tipo
de prácticas en una compañía tiene diversos beneficios como la creación de
programas para fomentar el desarrollo, educación e inclusión de la comunidad en
que se desarrolla la organización, así como la preservación y cuidado del medio
ambiente, ahorro de energía y la creación de cultura medioambiental entre
los colaboradores de la empresa.
Dichas acciones tienen
diversos beneficios tanto para las compañías que establecen estas estrategias
como para la población. La premisa de la que derivan estos conceptos es la
transformación positiva de sus entornos, así como la reducción de los impactos
negativos.
“Las empresas que apuestan
por estas estrategias ayudan a mejorar sus comunidades, pero también mejoran en
sí mismas. Al aplicar estas prácticas, las organizaciones se convierten en
mejores lugares para trabajar. Asimismo, estos modelos pueden llevar a reducir costos,
fortalecer vínculos con los clientes y, en términos generales, implica una
clara diferenciación de la competencia”, señala el Dr. Guillermo Cruz,
actual Presidente de Asesores de Consejo y Alta Dirección (ACAD) y Socio de RSM
México.
Los beneficios de la
responsabilidad social y ambiental
Los planes de responsabilidad
social y ambiental empresarial
tienen beneficios a nivel financiero, además de promover la fidelización de
usuarios, incremento de ventas y productividad, entre otras bondades.
En primera instancia, ayuda a
crear mejores climas laborales, lo que se traduce en que los colaboradores se
encuentren más motivados y comprometidos con la organización. En este mismo
sentido, implementar más y mejores prácticas en este rubro puede facilitar la
atracción de talento y disminuir la rotación de personal.
Otro de los beneficios de la
responsabilidad empresarial se encuentra una mayor fidelización de los
clientes. Los consumidores suelen preferir a las organizaciones que priorizan a
su comunidad y el medio
ambiente sobre las utilidades.
De acuerdo con cifras de un
estudio realizado por Verizon y Campbell Soup, los programas de responsabilidad
social corporativa bien diseñados aumentan los ingresos hasta en un
20% e incrementan el compromiso del consumidor hasta en un 60%.
Atracción de inversionistas
“Relacionado con los puntos
anteriores, la implementación de estas estrategias puede ayudar a que la marca
se posicione y sea valorada como un proyecto con causa social y ambiental.
Tener una buena reputación y buenas prácticas puede ser el impulso necesario
para llamar la atención de inversores y poder expandirse a nuevos mercados”,
agrega el Dr. Cruz.
En el lado financiero, estas
prácticas pueden ayudar a reducir costos
gracias a hábitos como el reciclaje,
el ahorro de energía, manejo de residuos y
gestión eficiente de recursos.
Adherirse a estos planes
de responsabilidad
social y ambiental incentiva
a las empresas a diseñar productos y servicios más innovadores para tener un
impacto menor en el medio
ambiente, lo que ayuda a diferenciar su oferta de la competencia.
comunidades y en el medio
ambiente.
Fuente: https://responsabilidadsocial.net/
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