Escrito por Aylin Stefany Rodriguez Vinasco
Te contamos cuáles fueron los hallazgos de este grupo de
científicos que descubrieron por qué nos enfermamos más en invierno. La
respuesta parece estar en la nariz.
Es un hecho que las personas nos enfermamos más en invierno que en otras temporadas. Y un estudio reciente revela detalles inéditos al respecto.
Siempre se ha creído que cuando las temperaturas bajan, los
virus como la gripe impactan más porque nos agrupamos en espacios interiores.
Esto hace que, si alguno ya ha adquirido la enfermedad, se transmita con mayor
facilidad entre los demás.
No obstante, lo que sugieren los investigadores del equipo
del Massachusetts Eye and Ear Hospital y la Northeastern
University, es que hay razones biológicas detrás del fenómeno.
¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!
Las temporadas frías afectan la respuesta
inmunitaria de la nariz
Los hallazgos del estudio que estamos citando apuntan a que enfermamos
más en invierno porque las bajas temperaturas afectan de forma
significativa la respuesta inmunitaria de la nariz. Cuando hay un virus,
como el de la gripe, en el ambiente, sus partículas pueden ingresar a
través de este órgano de dos maneras diferentes:
1.
Por inhalación.
Ya en 2018, el mismo Dr. Bleier y un equipo de científicos
habían descubierto que, cuando las células de la parte frontal de la
nariz detectan bacterias, liberan miles de millones de pequeños sacos con
líquido. Conocidas como vesículas extracelulares (EV, por
sus siglas en inglés), se mueven con rapidez hacia el moco para rodear y atacar
a las bacterias, antes de que tengan la oportunidad de infectar.
Prácticamente, su función es matar las bacterias antes de
que puedan infectarte y enfermarte. Fue este descubrimiento el que llevó al
grupo de científicos a investigar más a fondo.
La calidad de las EV disminuye con el frío
Con la hipótesis de que la respuesta inmunitaria nasal se
ve comprometida con el frío, Bleier y su equipo empezaron una nueva
investigación.
Para probar su planteo, expusieron los tejidos nasales a
temperaturas de 39,9 grados Fahrenheit (4,4 grados centígrados). Descubrieron
que esto conducía a una disminución de aproximadamente 9 grados Fahrenheit (5
grados centígrados) en la temperatura del tejido, afectando el sistema
inmunitario. La gota redujo significativamente su respuesta
inmunitaria innata.
El número de EV que lanzaron en estas
condiciones se disminuyó en más del 40 % y su calidad se vio
afectada. La respuesta reducida haría que el virus sea más capaz de adherirse a
las células nasales.
Este es el primer estudio que considera una
explicación biológica
Por muchos años, se ha considerado como una realidad que
enfermamos más durante el invierno. No obstante, este estudio es el primero en
abordar factores biológicos para explicar el por qué.
Bleier y su equipo consideran que sus hallazgos
son muy significativos. Hasta donde ellos saben, este
estudio es el primero en ofrecer una explicación biológica al fenómeno y sirve
de base para entender y prevenir infecciones de las vías respiratorias superiores, como
el resfriado, la gripe y la COVID-19.
Es decir, las personas no tuvieron que exponerse
directamente a los virus. Las condiciones naturales del interior de la
nariz fueron simuladas. Además, hubo variaciones de temperatura para observar
mejor los cambios en la respuesta inmunitaria.
Por el momento, se esperan avances en la experimentación en
voluntarios para ratificar con mayor fuerza la hipótesis planteada, si es que
la respuesta resulta ser igual a la simulada. Sin embargo, ya se
constituye como un gran avance en el control de las enfermedades respiratorias comunes del
invierno.
A pesar de los avances, todavía las medidas
preventivas contra la gripe siguen vigentes
De acuerdo con la Clínica Cleveland, la gripe o la influenza es una infección
del sistema respiratorio superior que afecta la nariz, la boca, la garganta y
los pulmones. Los síntomas varían en cada persona, pero hay algunos
que son recurrentes:
- Fiebre.
- Estornudos.
- Ojos
llorosos.
- Secreción
nasal.
- Dolor de cabeza.
- Dolor
en el cuerpo.
- Fatiga
y agotamiento.
- Tos
y dolor de garganta.
- Escalofríos
y sudoración.
- Náuseas
y pérdida del apetito.
·
Existe una vacuna que se aplica
de forma preventiva contra la influenza, la
cual viene en inyección o aerosol nasal. Su método es la exposición del cuerpo
al virus atenuado para que el organismo desarrolle anticuerpos.
·
Además de aplicarse la vacuna y seguir el
esquema médico propuesto, es fundamental lavarse las manos con frecuencia para la prevención.
También es relevante comer sano, hacer ejercicio e hidratarse correctamente.
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