- Ecuador.-
Controlar la inflación será un reto común para las economías de EE.UU. y
América Latina en 2023, al que se suman otros como mantener la
sostenibilidad fiscal y reducir la deuda y al mismo tiempo proteger a los
sectores más vulnerables.
Éstos son los principales desafíos a los que se enfrentará
América Latina en 2023.
1. CONTROLAR LA INFLACIÓN
En 2022 la inflación trepó a niveles que no se conocían
desde hace casi dos décadas. La invasión rusa de Ucrania hizo que los precios
se dispararan a nivel mundial, sobre todo los alimentos y la energía. En junio
de este año, América Latina alcanzó el 8,4 %, el mayor nivel registrado desde 2005,
según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
La previsión es que la inflación en 2023 sea menor que en
2022, pero no tan baja como antes de la pandemia, y algunos países, como
Argentina, Venezuela y Cuba seguirán padeciendo una “inflación crónica”.
2. ESTIMULAR EL CRECIMIENTO ECONÓMICO
El crecimiento mundial se desacelerará en 2023, lo que
contribuirá al riesgo de un “aterrizaje brusco” de las economías en desarrollo,
según previsiones del Banco Mundial. El contexto internacional desfavorable
provocará una desaceleración del crecimiento y del comercio global, tasas de
interés más altas y menor liquidez global.
Las economías de América Latina y el Caribe crecerán un 1,3
% en 2023, una tercera parte de la tasa esperada para 2022. En Estados Unidos,
el endurecimiento de las condiciones monetarias y financieras ralentizará el
crecimiento hasta un 1 % el próximo año, lo que aumenta las probabilidades de
una recesión.
3. DETENER LA SUBIDA DE LAS TASAS DE INTERÉS
La Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) ha aumentado las
tasas de interés en sus últimas cinco reuniones (junio, julio, septiembre,
noviembre y diciembre), además de los dos incrementos que aplicó a comienzos de
este año.
Pero los analistas no creen que la Fed inicie una reducción
de las tasas de interés antes de 2024, porque mientras la inflación siga siendo
un problema (el IPC interanual aumentó un 7,7 % hasta octubre pasado),
probablemente mantenga la subida de tipos, aunque lo haga de una forma
moderada, para evitar que la economía entre en recesión.
4. REDUCIR LA DEUDA PÚBLICA Y EL DÉFICIT FISCAL
Durante la pandemia, muchos países latinoamericanos
expandieron su gasto fiscal para financiar programas sociales. Colombia, Chile
y Brasil gastaron más de lo que ingresaron. En tanto, Argentina y Ecuador
mantienen abultadas deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y pagan
sobretasas para extender los plazos de vencimiento.
La política fiscal también ha protegido a los sectores
vulnerables del shock de precios de los alimentos y la energía. Su costo es de
un 0,8 % del PIB de 2022, pero se suma al 0,4 % de subsidios ya existentes.
Venezuela (307 % del PIB), Brasil (91,9 %), Bolivia (86,1
%), El Salvador (82,6 %) y Argentina (74,4 %) encabezan la lista de los más
endeudados. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido un alivio
de la deuda de los países latinoamericanos y su reestructuración.
5. FRENAR LA PÉRDIDA DE PODER ADQUITATIVO
El aumento de la inflación impacta en los salarios. En
América Latina y el Caribe, el salario real cayó un 1,7 % en el primer semestre
de 2022, y en países como Argentina, los ingresos se licúan y la pobreza
alcanza ya al 36,5 % de la población.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha
advertido que la desigualdad de ingresos y la pobreza aumentarán si no se
mantiene el poder adquisitivo de las personas peor pagadas. Y ello, porque la
escalada de la inflación y del costo de la vida afecta en mayor medida a
quienes perciben ingresos más bajos, por lo que la OIT recomienda aplicar
medidas políticas urgentes, como ajustar las tasas de los salarios mínimos.
6. INCENTIVAR EL CONSUMO PRIVADO Y LA INVERSIÓN
El aumento sostenido de las tasas de interés por parte de
los principales bancos centrales a fin de frenar la espiral inflacionaria está
poniendo en aprietos a la región, que además viene arrastrando los efectos de
la pandemia y la guerra en Ucrania, advierte el FMI.
Paralelamente, las tasas de interés internas en los
mercados emergentes están aumentando.
Estos factores provocarán una desaceleración de la
actividad en América Latina, debido a que los costos de financiación más
elevados suponen un freno para el crédito interno, el consumo
privado y la inversión, lo que a su vez se traduce en una
desaceleración de la actividad económica de la región, según el Balance
Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2022 elaborado por la
Cepal.
7. TRANSFORMAR EL MODELO DE DESARROLLO
América Latina y el Caribe requieren de políticas públicas
ambiciosas para superar la profunda crisis que viven en los últimos diez años.
Para ello, la Cepal ha recomendado “políticas transformadoras y audaces que
realmente muevan las agujas del desarrollo”.
La agencia de la ONU propone diez áreas prioritarias para
transformar el modelo de desarrollo de la región- transición energética,
electromovilidad, economía circular, bioeconomía, industria manufacturera de la
salud, transformación digital, economía del cuidado, turismo sostenible,
mipymes y economía social.
8. FAVORECER LA INTEGRACIÓN ECONÓMICA
Los procesos de integración en América Latina surgieron por
la necesidad de incrementar el intercambio comercial y favorecer el crecimiento
económico. Su objetivo es el establecimiento en forma gradual y progresiva de
un mercado común latinoamericano fuerte.
Pero el hecho de que muchos países de la región produzcan y
exporten los mismos productos no favorece la integración. En el primer semestre
de 2022, la participación del comercio intrarregional aumentó 1,4 puntos
porcentuales con respecto al mismo periodo de 2021, pero aún así sigue siendo
baja (15,8 %).
Según un reciente informe del Banco de Desarrollo de
América Latina (CAF), para lograr una mayor inserción regional y global se debe
actuar sobre tres áreas específicas- la facilitación del comercio, la
infraestructura física y la integración productiva.
9. RETORNAR A NIVELES DE INVERSIÓN PREPANDEMIA
En 2021 la Inversión Extranjera Directa (IED) en América
Latina y el Caribe se recuperó de la fuerte caída registrada en 2020. Hubo un
aumento de 40,7 % con respecto al 2020 y se recibieron 143.000 millones de
dólares, pero aún está por debajo de los niveles prepandemia.
Para lograr un impacto positivo de la IED, la Cepal propone
articular políticas de desarrollo productivo con la atracción de inversiones de
alta productividad, en actividades que apoyen procesos virtuosos en términos de
inclusividad, calidad del empleo, sostenibilidad ambiental, innovación y
complejidad tecnológica.
10. REVERTIR LOS ÍNDICES DE INDIGENCIA Y POBREZA
A fines de este año, la pobreza en América Latina y el
Caribe afectaba al 32,1 % de la población (un porcentaje que equivale a 201
millones de personas) y la pobreza extrema al 13,1 % (82 millones). Esto supone
una leve disminución del nivel de pobreza y un leve aumento de la pobreza
extrema con respecto a 2021, según la Cepal.
El boom económico de la primera década de este siglo logró
reducir la pobreza del 45,5 % en 2004 al 27,8 % en 2014. Pero a pesar del
repunte económico vivido en el 2021, la pobreza extrema en América Latina se
mantiene por encima de los niveles del 2019, advierte el Banco de Desarrollo de
América Latina (CAF).
Con una tasa de crecimiento para 2023 del 1,3 % (un tercio
de la de este año) es previsible un mayor impacto en los sectores más
vulnerables. Para mitigarlo será necesario promover la formalización laboral y
extender las redes de cobertura social, propone la CAF.
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