Los docentes son muy proclives a sufrir disfonías. Hablar por encima de los alumnos o de forma constante, además de no hacer descansos son las principales causas. Por ello, seguir unas pautas para mantener una buena higiene bucal resulta fundamental en estos casos.
La voz es la base de nuestra comunicación. A través de ella
viajan nuestras emociones,
pensamientos, inquietudes o impresiones. Sin embargo, más allá de expresar todo
aquello que sentimos, la voz es también una herramienta de trabajo y
para unos más que para otros. En este sentido, los docentes son uno de los
colectivos que más tienen que emplearla.
“El problema es que muchas veces no saben que son
profesionales de la voz hablada, por lo que la tienen que cuidar, al igual
que un futbolista lo hace con sus piernas”, ha destacado Roxana Coll, logopeda,
durante la presentación de la encuesta “La voz del docente”, elaborada por la
Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello
(SEORL-CCC). El objetivo del documento, en el que han participado más de 700
profesores de toda España, es alertar sobre cómo las patologías de la
voz afectan a este grupo profesional.
Uno de los principales resultados de la encuesta es
que el 81,79% ha sufrido alguna vez una disfonía.
En concreto, son los maestros de infantil los más afectados (85,26%). Coll ha
lamentado que la técnica vocal no se trabaje durante la carrera
universitaria porque, como consecuencia, los profesores “salen al
mercado laboral con una herramienta que no saben dominar y acaban desarrollando
patologías”. En este punto, la logopeda ha hecho referencia a dos elementos que
interfieren en la salud del aparato fonador: el volumen y la cantidad
de horas.
“Si comparamos con otras profesiones de la voz, los
cantantes acuden a un otorrinolaringólogo en cuanto notan algo. Sin embargo,
los profesores aguantan más y solo cuando no son capaces de acabar la jornada
laboral es cuando acuden al médico”, ha señalado Pedro
Cabrera, vocal de la comisión de Laringología, Voz, Foniatría y
Deglución de la SEORL-CCC. Ante esta situación, ha advertido: “Toda persona que
tenga una disfonía o un problema en la voz de una duración prolongada
entre 10 y 15 días fuera de un cuadro agudo catarral, debe acudir al
otorrinolaringólogo para ver si hay alguna enfermedad orgánica”.
Pese a todo, la disfonía no está considerada una enfermedad
laboral para este colectivo y el 67% de los docentes no cree que se
tenga en cuenta como uno de los riesgos en la prevención de riesgos laborales.
Diferentes estudios concluyen que los maestros notan los efectos del abuso
vocal con solo una semana de impartir clases.
En cuanto a las principales causas que llevan a estos
profesionales a sufrir problemas de voz, son hablar por encima de los
alumnos (58%) o de forma constante (28%), además de no hacer descansos (13%).
Por ello, seguir una serie de pautas para mantener una buena higiene de la voz
resulta fundamental. Los especialistas han aconsejado utilizar herramientas
como micrófonos o reposar la voz cada cierto tiempo. “Muchos profesores que
acuden a consulta aseguran que es imposible hacer descansos con los alumnos
pequeños. Una recomendación es proponerles una actividad entre ellos
mismos de, al menos, cinco minutos”, ha sugerido Cabrera.
Por su parte, Coll ha indicado que otra pauta de higiene
bucal es el calentamiento de la voz: “Las cuerdas vocales son
músculos. Hay que prepararlos para prevenir lesiones, por lo que es importante
que los profesionales enseñen ejercicios para calentar esa musculatura”.
Sobre cómo perfeccionar la técnica vocal, la experta ha
detallado que “lo más importante es lograr una voz fácil. Si tienes la voz en
la garganta, la sensación va a ser desagradable. Debe encontrarse en la
boca, no en la garganta. La boca es un resonador natural, nuestro
amplificador”.
Decálogo de consejos para cuidar la voz
Para prevenir las patologías de la voz, la SEORL-CCC
recomienda seguir los siguientes hábitos:
- No
hablar en ambientes ruidosos. Algunas alternativas
pueden ser hablar de frente al interlocutor, articular más de lo habitual
o hablar claro y lento para evitar repetir.
- No
fumar. El tabaco es un factor irritante para la laringe. El humo
pasa entre las cuerdas vocales y predispone para que aparezcan
lesiones benignas como edemas o pólipos. Asimismo, es la principal
causa de cáncer
de laringe.
- No
chillar ni gritar. Los expertos aconsejan descansar
la voz durante periodos de 15-20 minutos de silencio dos
o tres veces al día. En general, no se debe hablar más de cuatro horas
seguidas ni cantar más de dos.
- Vocalizar
y respirar bien. De esta manera, evitamos forzar y elevar
la voz, sobre todo en profesiones donde el uso de esta herramienta es
continuo, como la de los profesores.
- Hidratarse
correctamente. Se recomienda beber unos dos litros de agua diarios
para que la mucosa que recubre a las cuerdas vocales esté bien hidratada.
- Descansar
de forma adecuada. La fatiga corporal se refleja en la
voz. Por ello, es necesario dormir más
de seis horas y reposar antes de tener que hablar mucho.
- No
utilizar el aire pulmonar residual al hablar.
Nunca se debe hablar con el resto final de aire y sentir sensación de
ahogo. Es un comportamiento de esfuerzo y ocurre cuando se marcan las
venas del cuello al hablar.
- Evitar
los irritantes laríngeos como el humo y las áreas polvorientas.
Tenemos que no tratar de no hablar en ambientes muy secos: la
sequedad ambiental quita protección a las cuerdas vocales. Es
conveniente utilizar un humidificador, rehuir de los ambientes con mucha
calefacción o aire acondicionado, abrir y ventilar las habitaciones para
renovar el aire.
- No
carraspear. El carraspeo es un comportamiento de
esfuerzo traumático para las cuerdas vocales, además de un movimiento
fuerte y violento.
- Realizar
controles periódicos de la voz. Es importante consultar
siempre con el otorrinolaringólogo cuando una disfonía se mantiene más de
15 días.
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