Es innegable que las mascotas se han convertido en una parte integral de muchas familias y están ganando cada vez más espacio (y afecto) de sus compañeros humanos.
La convivencia con los
animales es beneficiosa para la salud y aporta bienestar. Pero hay que tener
cuidado para que esta proximidad no perjudique nuestra salud: los animales
pueden transmitir una serie de enfermedades, algunas de ellas potencialmente
graves y mortales, como la rabia y la toxoplasmosis.
Hay más de 200
enfermedades que entran en el concepto de zoonosis (cuando un problema
puede circular y afectar a humanos y otras especies de forma concomitante).
Y alrededor de 6 de
cada 10 enfermedades infecciosas que afectan a las personas son
transmitidas por animales, incluidos los domésticos, según los Centros para el
Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas
en inglés).
Pero eso, por supuesto, no es
una justificación para renunciar a la idea de tener una mascota en casa o, peor
aún, abandonar a la que ya forma parte de la vida familiar.
Con algunas medidas básicas,
es posible reducir significativamente el riesgo de tener cualquier contacto con
virus, bacterias y otros patógenos que causan este tipo de zoonosis, como
puedes ver a continuación.
1. Hacer citas periódicas con
el veterinario
Aunque la mascota esté bien,
debemos hacerle evaluación veterinaria al menos una vez al año.
Durante la consulta, se
realizarán algunas pruebas básicas y te harán preguntas sobre la salud del
animal.
Esta es también una excelente
oportunidad para hacer dos cosas fundamentales para la salud de la mascota. La
primera es actualizar la cartilla de vacunación (hay dosis que
deben tomar cada año).
Cuando hablamos de perros y
gatos, lo principal es la vacuna contra la rabia, una enfermedad
provocada por un virus cuya mortalidad se acerca al 100%.
«Se transmite por la saliva y
por las lamidas, mordeduras o arañazos de un animal infectado», explica la
veterinaria Simone Baldini Lucheis, profesora del Programa de Posgrado de la
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Estatal Paulista
(Unesp) en Botucatu, en el interior de São Paulo.
Cuando los animales tienen la
vacuna antirrábica al día, esto representa protección para ellos mismos e,
indirectamente, para sus dueños.
El segundo cuidado de rutina
es la desparasitación. Este remedio le permite las mascotas
eliminar los parásitos de sus cuerpos.
«También es importante que el
dueño recoja las heces de sus mascotas siempre que salgan con ellas a la vía
pública y parques», añade Lucheis.
2. Ten especial cuidado con la
higiene
Hablando de limpieza, otro
punto clave es el mantenimiento de los recipientes donde se pone la comida y el
agua para la mascota, así como los lugares donde hace pis y caca.
Además de gusanos, estos
sitios pueden ser fuentes de contaminación bacteriana.
Una de las más preocupantes,
sobre todo cuando hablamos de gatos, es el Toxoplasma gondii, que
provoca una enfermedad conocida como toxoplasmosis.
«Ese microorganismo puede
estar en el tubo digestivo de los animales y ser eliminado por las heces»,
señala el médico Marcos Vinícius da Silva, responsable del Ambulatorio de
Enfermedades Tropicales y Zoonosis del Instituto de Infectología Emílio Ribas,
en São Paulo.
«Un individuo corre el riesgo
de contaminarse con esta bacteria a través del contacto directo con este
material, a través del agua o alimentos que no están limpios y poco cocinados».
En algunos casos, la
toxoplasmosis puede ser muy grave. Es particularmente preocupante en mujeres
embarazadas, ya que puede causar aborto espontáneo o malformación del
feto.
Para evitar este riesgo, lo
que recomiendan los expertos es realizar un análisis de heces que evalúe la
presencia de Toxoplasma gondii en los gatos. La prueba está
aún más indicada en cachorros, que tienden a portar esta bacteria con más
frecuencia.
Si efectivamente se detecta,
existen tratamientos disponibles para eliminarlo del cuerpo del gato.
El otro paso es mantener
siempre la higiene de las cajas que los gatos usan como baño.
Además de eliminar las heces a diario, es importante cambiar la arena al menos
dos veces por semana y limpiar el recipiente con agua y jabón en cada nuevo
ciclo.
Y, por supuesto, es
imprescindible lavarse bien las manos después de la limpieza para evitar que
las bacterias contaminen otras superficies o alimentos.
Es tanta la preocupación por
las mujeres embarazadas en este caso, que el CDC recomienda que no limpien la
caja durante los nueve meses de desarrollo del bebé.
3. Organizar el ambiente
El lugar donde se guardan los
objetos de las mascotas es otro punto sensible para evitar la contaminación con
bacterias y otros patógenos causantes de infecciones.
La caja de arena del gato o la
alfombrilla del baño del perro, por ejemplo, deben mantenerse lo más alejadas
posible de la cocina y la despensa.
A los animales que hacen pis y
caca en cualquier se les puede dar entrenamiento.
Sus desechos deben recogerse
siempre que sea posible, y el área sucia debe limpiarse y desinfectarse
con lejía u otros agentes antibacterianos.
Esto se aplica incluso a las
especies menos convencionales. Las tortugas, por ejemplo, frecuentemente
excretan la bacteria Salmonella, una de las principales causas de
infecciones gastrointestinales en humanos.
4. Cuidar el espacio exterior
También hay que prestar
atención a los ambientes externos de las casas.
Silva, quien también es
consultora en zoonosis del Ministerio de Salud, señala que estos lugares suelen
ser el punto de contacto entre mascotas y animales salvajes.
Existe el riesgo por los
murciélagos que llegan a la ciudad «o el contacto con la orina de roedores»,
explica el médico y profesor de la Facultad de Medicina de la Pontificia
Universidad Católica de São Paulo (PUC-SP).
La orina de ratas y ratones
puede contener la bacteria Leptospira, que causa la leptospirosis.
Este microorganismo penetra a
través de la piel o las mucosas y provoca desde una fiebre leve hasta
hemorragias muy graves.
Para evitar este problema, el
primer paso es prestar especial atención a los patios traseros. Los pasos
básicos incluyen instalar mallas en desagües o salidas de tuberías, almacenar
el alimento para mascotas en lugares seguros y de difícil acceso, no acumular
basura y escombros y realizar una limpieza periódica.
Lucheis recuerda que, en el
caso de la leptospirosis, existe una vacuna disponible para perros. Debe
aplicarse cada doce meses.
En el mundo canino, otra
enfermedad que preocupa es la leishmaniasis. Este protozoario
se transmite a través de la picadura de mosquitos, a los que les encanta
reproducirse en la materia orgánica en descomposición (como las hojas secas que
se acumulan en el jardín).
Evitar esta acumulación de
basura, por tanto, es una forma de prevenir la enfermedad.
«También como medida
preventiva, se pueden usar collares con repelentes en perros y vacunar contra
la leishmaniasis», comenta Lucheis.
5. Castra a tu mascota
Este procedimiento es
sencillo, seguro y evita que el animal tenga cachorros inesperados. Pero Silva
señala otro beneficio de la castración: algunas especies, como los gatos,
participan en peleas durante la época reproductiva por instinto.
En estos enfrentamientos se
producen mordeduras y arañazos. Y es que, como ya habrás entendido, estas
heridas son fuentes de transmisión de virus, bacterias, hongos y otros agentes.
Con el animal castrado, este
comportamiento se inhibe, lo que representa una protección indirecta contra
este tipo de zoonosis.
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