Valeria Sabater.
Es importante darse cuenta de que nuestra autoestima depende de nosotros mismos, y no de lo que los demás piensen. Aprende a valorarte y a quererte por encima de todas las cosas.
Cuando somos pequeños nadie
nos enseña cómo construir un adecuado bienestar emocional. Si tenemos la
suerte de que nuestra familia nos ofrece un entorno facilitador y lleno de
bondad, es posible que nuestra autoestima sea más o menos funcional.
Ahora bien, a medida que
crecemos, esa dimensión frágil y vulnerable puede experimentar muchos altibajos
en función de cada una de nuestras vivencias.
La sociedad siempre nos
explica que, para tener éxito, hay que ser especiales, hay que ser válidos en
todos los aspectos, perfectos físicamente, valientes y triunfadores. Sin
embargo, las personas acabamos desarrollando un sucedáneo de autoestima
donde validarnos a nosotros mismos en función de cómo nos tratan
los demás.
“Si alguien me rechaza es que
no soy digno de ser amado”, “si me despiden del trabajo es que no sirvo para
esa tarea”, “si mis amigos me dejan de lado es que no merezco la confianza de nadie”. Son algunos ejemplos de cómo
podemos despreciarnos. Pero no es lo adecuado. Hemos de intentar no
derivar en estos estados emocionales tan negativos.
Hoy en nuestro espacio
queremos explicarte cuáles podrían ser 5 indicadores comunes de la baja
autoestima y cómo podemos afrontarla.
Cómo detectar la baja
autoestima en 5 pasos
Autoestima no es, en absoluto,
“creerse la mejor persona del mundo” y aún menos verse a uno mismo como “lo
peor”. Lo primero es reflejo de un orgullo algo ciego, y lo segundo el claro
ejemplo de una baja autoestima.
Lo más positivo sería aprender
desde bien pequeños a creer en nosotros mismos y en nuestras
capacidades. El problema empieza cuando nos centramos en la necesidad
de que sean los demás quienes nos demuestren si somos o no válidos para hacer
algo o si somos o no dignos de ser amados. Es una fuente terrible de
sufrimiento que conviene evitar.
Veamos ahora cuáles son esas
claves que nos indicarán si nuestra autoestima es fuerte o no.
1. Baja autoestima: tengo
miedo a equivocarme
De niños, buscamos el apoyo de
nuestros padres y maestros para hacer algo. “Si me equivoco, al menos,
estará el adulto para ayudarme” pensamos.
Ahora bien, llegamos a
la edad adulta y aún seguimos teniendo miedo a los errores, a los fallos o a equivocarnos, y
pensamos, además, que no estamos lo bastante capacitados para hacer esto y lo
otro.
Cómo afrontar este temor
Una baja autoestima se
refleja, ante todo, en esa acumulación desmedida de miedos. El
primero que deberíamos derribar es el temor a equivocarnos.
Los errores no son malos, nos
capacitan para obtener un aprendizaje sobre cómo se hacen mejor las cosas. No
tenemos porqué etiquetarnos como torpes solo por habernos equivocado, porque no
hay peor juez que uno mismo.
2. Irritabilidad como signo de
baja autoestima
El mal humor, la apatía, estar
siempre irritados por cada cosa que ocurre o que no ocurre puede ser reflejo de
una baja autoestima e incluso de una depresión.
- Son esos momentos en los que tenemos la
sensación de que hemos perdido el control de todo lo que nos rodea. Ya no
tenemos ilusiones, y esto es algo realmente peligroso.
Cómo afrontar esta situación
- Establece prioridades, ahí donde el primer
objetivo sea atenderte a ti mismo. Cambia de rutinas, de amistades,
practica nuevas tareas y aficiones.
- Apagar el ruido mental de la negatividad
puede hacerte despertar hacia nuevas
ilusiones.
3. Baja autoestima y deseo de
complacer
En nuestro espacio te hemos
hablado en numerosas ocasiones del riesgo que entraña esa necesidad constante
por gustar a todos, por complacer a cada persona que nos rodea.
- Llevado hasta el extremo, refleja una baja
autoestima.
- A pesar de que no hay nada malo con
respecto a tener el beneplácito ajeno de vez en cuando, el problema
aparece cuando necesitamos la complacencia externa a cada instante para
“sentirnos bien”.
Cómo afrontar el deseo de
complacer
Intenta realizar actividades
de forma individual sin necesidad de explicar nada a nadie. Disfruta
de tus instantes de soledad y aprende, ante todo, a ser asertivo, a decir
“no” cuando alguien te pida algo y no te apetezca hacerlo.
Es necesario que gestionemos
esa dependencia excesiva hacia los demás. Como dijo Steve Jobs “no permitas
que el ruido de las opiniones de los demás ahoguen tu voz interior“.
Por otro lado, es
importante saber cómo encajar las críticas de forma positiva, ya que
no todas son un menosprecio hacia nuestra persona.
Según María Nieves Vera,
profesora de la Universidad de Granada, aprender a controlar las emociones
negativas, tener en cuenta que las críticas tan solo son opiniones y evaluar si
son buenas o un intento de manipulación junto a la capacidad de extraer un
aprendizaje de cada una de ellas puede ayudarnos
4. Cargar con el “peso del
mundo”: autoculpabilidad
Hay épocas en que cada cosa
que ocurre a nuestro alrededor parece que sea culpa nuestra. Cuando nuestro
hijo va mal en el cole pensamos que, tal vez, no le estamos ayudando demasiado.
- Si nuestros padres caen enfermos, nos
decimos a nosotros mismos que teníamos que haberlos atendido un poco más.
- Cuando alguien nos critica o nos rechaza,
nos culpamos a nosotros mismos.
Cómo gestionar la
autoculpabilidad
Hemos de entender que nuestra
función no es “cargar con el peso del mundo”. No todo es
responsabilidad nuestra, ni estamos obligados a dar aire a todo el que
respira.
Quítate pesos, intenta
descansar de mente y
cuerpo y aprecia las cosas más sencillas de forma más libre. Busca
momentos para ti mismo y deja de autoevaluarte.
5. Falta de ilusiones en una
baja autoestima
No importa que tengamos 8 u 80
años. Las personas siempre tenemos algún proyecto, alguna ambición e
innumerables ilusiones que dan luz y color a nuestra vida.
Si percibes que cada día te
levantas por la mañana sin propósitos ni ilusiones y te limitas a dejarte
llevar solo por lo que otros decidan, entonces tu autoestima necesita ser
sanada. Atendida.
Cómo afrontar la falta de
ilusiones
Las ilusiones se apagan muchas veces porque caemos
en la rigidez de las rutinas, porque ya no hay estímulos externos y porque,
por dentro, no nos sentimos nada bien.
Busca nuevas pasiones para
vencer la baja autoestima. Apúntate a algún curso, cambia de escenarios y,
sobre todo, de gente. El hacer nuevas amistades es a veces la mejor medicina
para el corazón.
En resumen, estos cinco pasos
podrían serte de ayuda para elevar tu autoestima. Sin embargo, recuerda
que siempre puedes consultar con un psicólogo o psiquiatra si nuestros
consejos no te ayudan.
0 Comentarios