Proteger la piel frente al sol y vigilarla una vez al mes son la base para disminuir el riesgo de aparición y promover un buen pronóstico. Hacerlo desde la infancia y adolescencia es clave.
La protección solar es clave
para la prevención del cáncer de piel, una patología cuya incidencia ha
aumentado un 40% en los últimos cuatro años. Por tipo de tumor, los
últimos datos reflejan una tasa de unos 120 casos por cada 100.000 habitantes
para los carcinomas basocelulares y de unos 40 casos por cada
100.000 habitantes para los carcinomas escamosos de piel, mientras que
la tasa de incidencia del melanoma baja a 12 casos por cada 100.000
habitantes.
No obstante, se estima
que el melanoma, el tipo de cáncer de piel más agresivo y con peor
pronóstico, de seguir la tendencia actual, se convierta en el segundo
tumor en incidencia global y el primero en incidencia en varones, por delante
del cáncer de colon y el de pulmón. Así lo señalaron los expertos de la
Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología
(AEDV) reunidos en la presentación de la última campaña del Euromelanoma.
En este contexto, proteger
la piel frente al sol y vigilarla una vez al mes son la base para disminuir el
riesgo de aparición y promover un buen pronóstico. Hacerlo desde la
infancia y adolescencia es clave.
“Es indispensable cambiar los
modelos que la población más joven utiliza como referencia de una piel
saludable. Entender el bronceado como un mecanismo de defensa de la piel frente
a la quemadura solar y no como un hábito saludable es un mensaje que debe tener
calado en estas generaciones”, asegura Ángeles
Flórez, coordinadora nacional de la Campaña Euromelanoma.
Tener la piel clara, los ojos
claros, el cabello rubio o pelirrojo, contar con muchos lunares, tener algún
familiar diagnosticado de cáncer de piel, utilizar
las cabinas de rayos UVA, estar muchas horas expuesto a la radiación y las
quemaduras solares son factores de riesgo a la hora de padecer cáncer de piel.
La iniciativa pretende
concienciar a la sociedad sobre la importancia de los cuidados y vigilancia de
la piel para prevenir la aparición del cáncer de piel e irá de la mano del
mensaje que se lanza desde Europa: ‘Hay maneras más fáciles de protegerse del
sol’ haciendo alusión tanto a la prevención primaria como a la secundaria.
Hábitos dermosaludables de
protección
En este sentido, como
insiste Flórez, “los hábitos de la infancia y adolescencia pasan factura a
lo largo de la vida y la radiación ultravioleta se va acumulando a lo largo de
los años, por eso es importante evitar la quemadura solar, lo
que no quiere decir que se deban evitar las actividades al aire libre, sino que
hay que realizarlas con una adecuada protección y sin que el bronceado sea el
objetivo.”
Para ello, esta especialista
considera que la exposición solar debe realizarse de una forma gradual para
facilitar la adaptación de la piel y favorecer los mecanismos naturales de
defensa evitando, sobre todo, la exposición directa en las horas centrales del
día.
“No debe olvidarse que algunas
superficies (arena, agua, nieve o hierba) reflejan la radiación como si fuesen
un espejo, aumentando así la intensidad de la radiación que recibe nuestra piel
y pudiendo alcanzarnos bajo una sombrilla”, concreta. Además, la aplicación de
cremas de protección solar de amplio espectro en las zonas que vamos a exponer
y repetir su aplicación es un punto clave en la prevención según esta
dermatóloga.
En esta misma línea, Eduardo
Nagore Enguídanos, coordinador de la campaña con Europa, recuerda que
no hay que olvidar recurrir a los espacios de sombra y a las medidas físicas:
“Lo más indicado es utilizar prendas que tengan un efecto protector testado (lo
que se incluye en el etiquetado) y que pueden conseguirse fácilmente en la
mayoría de las tiendas de ropa, especialmente la deportiva. También es de ayuda
el uso de una gorra o un sombrero con ala ancha y de gafas de sol homologadas.”
Por otra parte, tal y como
explica Elena Godoy, responsable de coordinadores de la campaña
Euromelanoma, “cabe recordar que el cáncer de piel es una enfermedad que puede
afectar a todos los tipos de piel y aunque es más frecuente en la edad
avanzada, algunos tipos de melanoma se diagnostican en pacientes muy jóvenes.”
Es por ello por lo que esta
dermatóloga incide también en la importancia de aprender a autoexplorarse desde
una edad temprana: “con tan solo dedicar unos minutos al mes a explorar
nuestra piel, se puede prevenir y tratar eficazmente la mayoría de los casos de
cáncer de piel si se detectan a tiempo”, asegura.
Autoexplorarnos y conocer
nuestra piel hará que detectemos cambios y nuevas lesiones con más facilidad,
aunque es necesario hacer hincapié en las áreas de piel que no vemos durante
nuestra vida rutinaria. Según la doctora Godoy, “lo más cómodo es realizarla
ante un espejo y con la ayuda de otro espejo de mano sin olvidar zonas como los
pies, las manos o la zona genital donde también pueden aparecer lesiones. En el
cuero cabelludo se puede observar con la ayuda de un secador y el espejo”.
La dermatóloga insiste en la
necesidad de generar consciencia acerca de aquellos factores que
podrían aumentar el riesgo de padecer cáncer de piel, como pueden ser la
aparición de nuevos lunares o el crecimiento atípico de los lunares que ya
teníamos previamente y que requieren de una valoración con nuestro médico.
La Fundación recuerda la
existencia y utilidad de dos aplicaciones disponibles para iOS y Android
relacionadas con la piel y el sol: UV Derma y e-Derma.
UV Derma ofrece en tiempo
real los valores del índice ultravioleta de una localidad en el momento de la
consulta, el tiempo que una persona puede estar al sol sin quemarse y
el que necesita para generar la suficiente dosis de vitamina D.
Por su
parte e-Derma, además de la información sobre índice
ultravioleta, está desarrollada para poder realizar un registro
fotográfico de diferentes zonas del cuerpo que se puede consultar y comparar
cada mes. Cuando se detecte un lunar distinto o que haya crecido, el
usuario puede establecer un canal de comunicación con el dermatólogo evitando
problemas de movilidad y reduciendo los tiempos de diagnóstico o tratamiento.
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