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Qué es la enfermedad de Addison y cómo afecta a la hormona del estrés


Se habla mucho sobre los efectos negativos de un exceso de cortisol, la hormona del estrés, pero su deficiencia es igualmente perjudicial. El caso más extremo lo constituye la enfermedad de Addison. Descubre sus consecuencias.

El cortisol tiene muy mala fama debido a su relación con el estrés. De hecho, se conoce popularmente como la hormona del estrés. Esta simplificación puede llevar a creer que es una sustancia perjudicial, cuando la realidad es que tiene múltiples funciones esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Las personas que padecen la enfermedad de Addison son muy conscientes del papel crucial de esta hormona porque sufren las consecuencias de su ausencia. La crisis adrenal, potencialmente mortal, es el mayor peligro al que se exponen.

La enfermedad de Addison (también denominada insuficiencia adrenal primaria) es una dolencia poco habitual que se desarrolla cuando las glándulas suprarrenales, que se llaman así porque están situadas encima de los riñones, no pueden producir suficiente cantidad de las hormonas cortisol y, a veces, aldosterona.

Ambas hormonas son indispensables. El cortisol, porque ayuda al organismo a afrontar el estrés físico extremo causado por una lesión o enfermedad, entre otros motivos. La aldosterona, porque contribuye a que el cuerpo pueda mantener la sal que precisa y a conservar una presión arterial constante.

Las múltiples funciones del cortisol

El cortisol es una hormona esteroidea o glucocorticoide. Entre sus múltiples funciones se pueden destacar las siguientes:

  • Regular la respuesta del cuerpo al estrés
  • Ayudar a controlar el metabolismo de las grasas, proteínas y carbohidratos.
  • Regular la presión arterial. 
  • Controlar el azúcar (glucosa) en sangre
  • Ayudar a controlar el ciclo de sueño-vigilia. 
  • Reducir la inflamación.

Consecuencias del déficit hormonal

Las glándulas suprarrenales son pequeños órganos que tienen una parte externa, llamada corteza, y una parte interna, llamada médula. Las personas con enfermedad de Addison tienen dañada la corteza suprarrenal, lo que lleva a una producción insuficiente de hormonas. En concreto, se producen deficiencias de dos tipos de hormonas, las glucocorticoides (como el cortisol), y las mineralocorticoides (como la aldosterona). 

Ese daño puede tener diferentes causas: una enfermedad autoinmune (el sistema inmune ataca por error las glándulas suprarrenales), infecciones (como la tuberculosis o el VIH), hemorragia en las glándulas suprarrenales, tumores…

La deficiencia de glucocorticoides contribuye al desarrollo de hipotensión arterial y aumenta en forma significativa la sensibilidad a la insulina, además de generar trastornos en el metabolismo de los hidratos de carbono, los lípidos y las proteínas. Los problemas derivados de esta situación son múltiples. 

Para empezar, la ausencia de cortisol lleva a la síntesis insuficiente de hidratos de carbono a partir de las proteínas, con la consiguiente aparición de hipoglucemia (niveles bajos de glucosa en sangre) y disminución de las reservas hepáticas de glucógeno (hidrato de carbono que se almacena como fuente de energía inmediata). Asimismo, se desarrolla debilidad, debida en parte a una función neuromuscular deficiente, y disminuye la resistencia a las infecciones, los traumatismos y otros tipos de estrés físico. Se debilita el músculo cardíaco y los afectados pueden presentar insuficiencia circulatoria.

Por otra parte, la reducción de la cantidad de cortisol circulante desencadena toda una serie de procesos que llevan a la hiperpigmentación de la piel y de las mucosas característica de los pacientes con enfermedad de Addison.  

En cuanto a los mineralocorticoides, se ha constatado que la deficiencia de estas hormonas aumenta la excreción de sodio y disminuye la de potasio, principalmente en la orina, aunque también en el sudor, la saliva y el tubo digestivo. En consecuencia, el paciente presenta hiponatremia (concentración de sodio en la sangre anormalmente baja) e hiperpotasemia (nivel de potasio en sangre más alto de lo normal).

La pérdida de sal y agua por la orina causa deshidratación grave, hipotensión grave y otros trastornos. 

Tratamiento de reemplazo hormonal

El tratamiento de la enfermedad de Addison consiste en administrar diariamente las hormonas deficitarias: hormonas glucocorticoides y mineralocorticoides, aumentando las dosis de las primeras en situaciones de estrés. En general, los pacientes con enfermedad de Addison que siguen este tratamiento pueden llevar una vida normal (o casi). 

El cortisol se reemplaza con un corticosteroide, generalmente hidrocortisona. En los casos en los que también hay un déficit de aldosterona, el paciente toma un medicamento denominado fludrocortisona, que ayuda a equilibrar la cantidad de sodio y fluidos en el organismo. 

Crisis adrenal: por qué se produce y signos de alerta

La insuficiencia suprarrenal aguda o crisis adrenal es, probablemente, la situación más peligrosa a la que se exponen los pacientes con enfermedad de Addison. Constituye una emergencia potencialmente letal que puede ser desencadenada por una deficiencia en la síntesis de cortisol en personas que desconocen que tienen un problema relacionado con la producción de glucocorticoides, por la omisión del tratamiento hormonal sustitutivo en pacientes ya diagnosticados o por un ajuste inadecuado de la dosis requerida en situaciones de estrés. Se trata con la administración de glucocorticoides lo antes posible. 

Estas son algunas de las manifestaciones que alertan de una crisis adrenal:

  • Nivel bajo de glucosa en sangre (hipoglucemia).
  • Diarrea, náuseas, vómitos.
     
  • Deshidratación.
  • Fiebre.
     
  • Fatiga.
     
  • Debilidad extrema.
     
  • Presión arterial extremadamente baja.
  • Mareo al ponerse de pie.
     
  • Pigmentación de la piel.
     
  • Dolor abdominal.
     
  • Ganas de consumir comida con mucha sal. 
     
  • Pérdida de apetito.
     
  • Confusión.
     
  • Pérdida del nivel de consciencia.
     

Bibliografía

  • Dineen R, Thompson CJ, Sherlock M. (2019) Adrenal crisis: prevention and management in adult patientsTherapeutic Advances in Endocrinology and Metabolism. DOI: 10.1177/2042018819848218
     
  • Aaron Michels, Nicole Michels. (2014). Addison Disease: Early Detection and Treatment PrinciplesAmerican Family Physician. 89(7): 563-8. 
  • Marta Araujo Castro, María Currás Freixes, Paz de Miguel Novoa. (2020). Guía para el manejo y la prevención de la insuficiencia suprarrenal aguda. Endocrinología, Diabetes y Nutrición. 67 (1): 53-60. DOI: 10.1016/j.endinu.2019.01.004

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