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Monstruos Disfrazados De Angles; Signos De Violencia Psicológica Y Emocional.



Por Yasmin de la Cruz García M.A.

Docente universitaria/psicopedagoga.

Es común ver y escuchar en consulta, en las redes sociales y los medios de comunicación las historias de mujeres que buscan una respuesta a la realidad que viven con sus parejas, preguntas como, ¿por qué cambió? ¿Por qué ya no es el de antes? ¿Por qué no me dejaras ser yo? ¿Por qué ya no puedo hacer las cosas que hacía, ponerme la ropa que usaba y me gustaba, compartir con los amigos que tenía? etc. … Muchas más interrogantes nos podrían surgir en este tema y es que sí, existen monstruos que se disfrazan de ángeles para atrapar y lograr envolver los sentimientos sinceros de cualquier mujer.

La violencia psicológica o emocional tiene muchas manifestaciones, (intimidación, menosprecio, humillaciones ...); relaciones o conductas sexuales forzadas; y conductas de control, tales como aislamiento, control de las actividades y restricciones en el acceso a información y asistencia (Heise y García-Moreno, 2002).  Rara vez la podemos identificar estando en una relación, pues estos monstruos se muestran al principio muy atentos, interesados, cariñosos, siempre están pendientes de los pequeños detalles, son la imagen clara del hombre perfecto, de lo que siempre hemos soñado tener, pero lamentablemente es una práctica habitual para envolver a sus víctimas. Los monstruos se vuelven indispensables, te absorben completamente con sus atenciones hasta que te vuelves dependiente emocionalmente de ellos.

En este tipo de violencia hay muchas conductas que te pueden llamar la atención, como pedirte que siempre digas dónde vas, con quién estás, qué ropa usar y cuál no, te obligan sutilmente a pedir perdón por situaciones que ellos provocaron, tratan de culparte a ti de sus necesidades y carencias, tienen una serie de conductas que están dirigidas a humillar, controlar y desvalorizarte, causándote un daño psicológico grave, utilizan la manipulación y el control en un intento de dirigir tus pensamientos y comportamientos utilizando tácticas para desarrollar  sentimientos de culpa, miedo y tristeza por situaciones que ellos crearon y provocaron.

 Con respecto a la violencia psicológica o emocional los especialistas en el campo no han logrado un consenso de si existe o no una distinción importante entre el abuso emocional y el psicológico. Existen algunas investigaciones que indican que existen pequeñas diferencias entre ambos. Se considera que el abuso emocional es más extenso y, por ende, a menudo se percibe el abuso psicológico como una manifestación del abuso emocional. Además, el abuso psicológico comprende la aplicación de estrategias verbales y sociales para dominar el pensamiento de un individuo. Este tipo de violencia puede bajar de manera considerable tu autoestima, pues los monstruos utilizan comentarios negativos, ataques verbales constantes y repetitivos que te hacen sentir inútil e incapaz; su manipulación te lleva a dudar de tu capacidad, de tus habilidades, inteligencia, causando confusión y sentimientos de culpabilidad e inseguridad.

 Los monstruos disfrazados de ángeles promotores de este tipo de violencia son posesivos, pueden padecer celopatía, te obligan a alejarte de tus amigas, familiares, compañeros, haciendo que te sientas vulnerable y crees una dependencia emocional con él, donde éste sea el centro de tu vida y tus pensamientos. Este tipo de conductas violentas pueden manifestarse también con sarcasmos, conductas hirientes disfrazadas de humor, que luego hacen que te sientas desvalorizada como persona, crean sentimientos de desamparo y tristeza profunda. El monstruo se presenta regularmente como la víctima, culpándote de sus sentimientos, de sus emociones, de sus pensamientos, de sus acciones y los justifica en un acto de amor grande y profundo. Un signo muy común en estos individuos es que suelen invalidar constantemente tus emociones, quitar importancia o no dar ninguna a tus sentimientos, a tus necesidades emocionales y tienden a ignorarlas totalmente.

Sin embargo, hay una luz después de esta oscuridad: romper con este círculo de violencia, buscar dentro de ti tus valores, tu esencia y hacerte consciente de lo que eres, de tus virtudes y capacidades. Dirige tus pensamientos a lo bonito que te rodea: tus hijos, familiares cercanos, compañeros que te apoyan en momentos de dificultad. Deja de lado la idea de culpabilidad y apóyate en la idea de la diversidad. Las personas actúan de acuerdo con lo que son, sus ideas, sus experiencias; no actúan en base a cómo eres tú. La violencia psicológica o emocional se puede detener; deja de justificar esas conductas que te vuelven a arrastrar a este círculo de violencia. No te quedes callada.

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