Dejar baba en la almohada mientras se duerme es algo muy habitual. La respuesta a este fenómeno está en la fase REM del sueño
Que se caiga la baba al dormir es señal de que la calidad del sueño es buena. (Fotos: Shutterstock)
Autora: Alicia
Cruz Acal
Sabes que te has pegado tremenda siesta si al despertar te
encuentras con un hilillo de baba sobre la almohada. ¿Por qué dormir lleva a
veces a echar esta salivilla espesa? ¿Es señal de que se ha descansado bien o,
por el contrario, debería ser motivo de preocupación? “Cuando dormimos, existen
dos tipos de sueño: el no REM y el REM. Este último se llama así por sus
siglas en inglés (Rapid Eye Movement) y se caracteriza por movimientos oculares
rápidos”, detalla Anjana López, miembro del grupo de trabajo de
Insomnio de la Sociedad Española del Sueño (SES).
En la fase REM, señala la experta, “los ojos son lo
único que se mueven porque el resto del cuerpo entra en un estado de atonía
completo. Los músculos están completamente relajados”. Esto también incluye
la mandíbula, que se “afloja”, haciendo que la babilla caiga. Por tanto, López
tranquiliza: “Es un fenómeno completamente normal, indicativo de que la
calidad del sueño es buena. Lo raro sería que en esa fase no se produjera
relajación muscular”.
Desde la Sociedad Española de Neurología (SEN) recuerdan la
importancia de lograr una buena calidad del sueño a través de los siguientes
hábitos:
- Realizar ejercicio de
forma regular.
- Evitar
las comidas copiosas, el alcohol,
el tabaco o
las drogas.
- Mejorar
nuestros niveles de estrés.
- Evitar
elementos que puedan sobreexcitar antes de ir a dormir, como el uso de
móviles u ordenadores.
- Adecuar
el entorno en el que se duerme para que sea confortable, silencioso y
oscuro.
Sialorrea, algo diferente
Una cosa es que la fase REM del sueño lleve a babear por la
noche y otra, que se hipersalive durante todo el día. Este cuadro
se conoce como sialorrea y como explica Fernando Almeida Parra, secretario general de la
Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y de Cabeza y Cuello
(SECOMCyC), “se trata de un exceso de saliva en la boca que se puede
producir por dos motivos: bien porque se genere una desmesurada producción
de la misma (sialorrea anterior), o bien porque existe una dificultad para
manejarla (sialorrea posterior)”.
El experto aclara que este segundo tipo de hipersalivación
es el que se desarrolla en ancianos con la enfermedad de Parkinson o
en niños con déficits neurológicos como parálisis cerebral, esclerosis
lateral amiotrófica, parálisis facial y evento vascular cerebral:
“Todas estas enfermedades neurodegenerativas cursan con sialorrea, no porque se
genere un exceso de saliva, sino porque se produce un mal manejo de la
misma”. De acuerdo con un estudio publicado en la revista Investigación en
Discapacidad, la prevalencia de este síntoma en niños afectados por parálisis
cerebral infantil oscila entre el 10 y el 15%, aunque hay investigadores que
elevan este porcentaje hasta el 58%.
En realidad, la excesiva salivación se considera
normal hasta los cuatro años debido al proceso de dentición. Antes de los 2
años, es todavía más habitual, pues no es hasta esta edad cuando la función
motora oral se desarrolla. Sin embargo, los expertos aseguran que si después de
los 4 años los menores siguen presentando una salivación excesiva, se trata
entonces ya de un problema.
Asimismo, existe la sialorrea medicamentosa.
Según Almeida, “al igual que hay medicamentos que producen xerostomía, hay
algunos fármacos que estimulan la producción de saliva”.
La sialorrea posterior se manifiesta por “una
descoordinación neuromotora en la musculatura normal. Mientras que lo normal es
tragar involuntariamente cada cierto tiempo, las personas que sufren
enfermedades neurodegenerativas tienen ese reflejo inhibido y se les acumula la
saliva”, subraya Almeida.
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/
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