Por BBC MUNDO
Usar un campo magnético para alterar
la actividad cerebral podría ayudar a algunas personas a dejar de fumar, según
un estudio.
Los investigadores explicaron que utilizaron estimulación
magnética transcraneal (EMT) para “deshacer” la adicción a la nicotina en el
cerebro.
Los resultados, presentados en la conferencia
Neurosciencia 2013, sugieren que la técnica podría ayudar a las personas a
reducir el consumo o -incluso- eliminarlo.
Se trata de una investigación preliminar que requiere de
más pruebas antes de que se pueda recomendar como terapia.
El equipo de la Universidad de Ben Gurion, en Israel, utilizó el
campo magnético en dos regiones de cerebro asociadas con la adicción a la
nicotina, la corteza prefrontal y la ínsula.
Los 115 fumadores que participaron en el estudio se
dividieron en tres grupos, que durante 13 días cada uno recibió frecuencia alta
de EMT, otra mediana y el último de control no recibió tratamiento,
respectivamente.
Aquellos que fueron expuestos a una frecuencia alta
registraron los niveles más bajos de tabaquismo y fueron los más propensos a
dejar el cigarro al culminar los seis meses del estudio.
El mayor éxito se produjo cuando un tercio de los
participantes que se les mostró imágenes de un cigarrillo encendido durante la
terapia de EMT dejó de fumar al término de la investigación.
Los especialistas argumentan que la terapia puede cambiar
la respuesta de las señales del cerebro al fumar.
“Impacto en el tabaquismo”
El doctor Abraham Zangen, de la Universidad Ben
Gurion, dijo que su trabajo “nos demuestra que podemos deshacer algunos de los
cambios en el cerebro causados por el tabaquismo crónico”.
“Sabemos que muchos fumadores quieren dejar o disminuir el
consumo del cigarro y esto podría tener un impacto en la primera causa de
muerte prevenible”, agregó.
Por su parte, el doctor Chris Chambers, quien se
especializa en EMT en la
Universidad de Cardiff, le dijo a la BBC que este era un estudio
“ordenado y bien controlado”.
“Su mayor contribución es que aporta más evidencia sobre
cómo la estimulación del cerebro, cuando se aplica a partes específicas del
lóbulo frontal, puede mejorar nuestra habilidad de superar las adicciones”.
“Esto es emocionante y tiene una gran variedad de
aplicaciones en psiquiatría”, agregó.
No obstante, Chambers advirtió que el estudio no ha tenido
una revisión por pares, por lo que se necesita “desarrollar un conocimiento más
claro de por qué y cómo un método así funciona”.
Otro estudio presentado en la misma conferencia sugiere
que el estímulo del cerebro con electrodos implantados podría ayudar a combatir
la adicción a la heroína.
En ese trabajo, con sólo pulsar una palanca las ratas que
tuvieron el acceso libre a la droga se convirtieron en adictas.
Sin embargo, aquellas que tuvieron una estimulación
profunda del cerebro tomaron menos de la droga y no mostraron un patrón de
incremento en el consumo que las haría adictas.
“Cualquier intervención que no sea farmacológica será un
gran paso hacia el tratamiento de abusos de droga, el cual en la actualidad
consiste en remplazar una droga por otra y tiene una taza extremadamente alta
de recaída”, comentó sobre los dos estudios el profesor Barry Everitt, de la Universidad de
Cambridge.
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