Por Camile Roldán Soto
Sin movimiento no hay
aprendizaje. Y cuando algún accidente o condición médica nos impide hacer
cosas que deseamos o limita nuestra calidad de vida, movernos de la manera
adecuada puede hacer una gran diferencia positiva.
Cecilia Koester lo ha
comprobado. A través del método creado por ella, Aprendizaje a través del
movimiento, ha logrado a lo largo de 30 años ayudar a cientos de niños y
adultos de diferentes partes del mundo a mejorar distintas destrezas.
El turno le tocará a Puerto
Rico del 19 al 23 de enero, cuando se llevarán a cabo una charla y un taller
para demostrar y enseñar a padres, madres, terapistas, maestros y cualquier
otra persona que trabaje con una población con retos neurológicos.
“Utilizo el movimiento para
para estimular el funcionamiento del cerebro”, explica Koester en entrevista
telefónica.
Se trata de movimientos
que no son nada extraño para el cuerpo de nadie sino inspirados en el mismo
patrón de desplazamiento que utilizamos desde que estamos en el útero materno,
con la excepción de que haya ocurrido alguna anomalía.
“Las personas recuerdan algo
que es familiar”, dice al indicar que al retomar esos patrones y
practicarlos pueden tener una experiencia similar a un despertar que les
permite encontrar una manera más fácil o natural de llevar a cabo actividades
tales como caminar o hablar. Todo depende de cuál sea el impedimento.
Desde 1998, Koester viaja el
mundo impartiendo sus talleres que se fundamentan en el programa
Brain Gym. Ha escrito varios libros sobre este tema. Entre ellos Movement Based
Learning.
La agenda de Koester en la
isla comienza el 19 de febrero, a las 7:00 p.m. con la conferencia
Herramientas innovadoras para trabajar con personas de educación especial a
celebrarse en la sede de MC2 en la Avenida Ponce de
León # 1816.
En el mismo lugar, del 20 al
23 de febrero, se llevará a cabo el taller Brain Gym 170 de Educación
Especial, de 8:00 a.m. a 5:00
p.m.
Los asistentes al taller en
Puerto Rico conocerán en profundidad las tres dimensiones del
aprendizaje y cómo reconocer el desequilibrio de éstas en los niños.
Además, se entrenarán para utilizar diversas herramientas que facilitan
el trabajo con niños y adultos de necesidades especiales, incluyendo
síndrome de Down, autismo, TGD, parálisis cerebral, problemas habla, visión,
audición, comportamiento y otros.
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