Enséñales a que diferencien entre lo permisible y lo
prohibido
Una de las funciones primordiales y
fundamentales los padres es enseñar a sus pequeños que no pueden disponer de
todo a su alrededor, sin medir consecuencias ni tener límites. Enseñarle a los
niños a diferenciar entre lo que es bueno y es malo, benéfico o dañino,
permisible o prohibido, nos brinda la tranquilidad de saber que, estemos o no
cerca, ellos cuentan con la información y la capacidad de auto regulación para
protegerse.
El establecer límites en
casa es una labor ardua. Los límites se basarán en los valores que enseñes a
tus niños y que, a la larga, ellos mantendrán en cualquier lugar. Hay varios
puntos importantes que debes considerar para establecer límites y con esto
enseñarle a tus pequeños cómo tomar la mejor decisión, en cada circunstancia:
No pierdas los estribos
Constantemente regañamos,
gritamos y en ocasiones hasta golpeamos cuando los pequeños no actúan como
esperamos. Estas actitudes crean en ellos una resistencia al cambio de
conducta. Es mejor contener el enojo, brindarles opciones de lo que pueden
hacer y darles la posibilidad de que escojan lo que más les gusta y les llame
la atención. Así harán lo que quieren, de acuerdo a tus reglas.
Con esto se busca abrir para
ellos la posibilidad de escoger, siempre y cuando cumplan con las reglas.
Permíteles ser independientes en sus decisiones y ser creativos. Esto implica
también que tú debes aprender que no siempre se va a hacer lo que impongas, con
ello descubrirás que tus pequeños son mucho más inteligentes y hábiles de lo
que imaginas.
Muestra firmeza
Cuando se promete algo, hay
que cumplirlo; no se le puede pedir a un niño (mucho menos exigirle) que cumpla
su palabra, si tú como contraparte no cumples con la tuya. Comienza por hacer
conciencia en ellos y darle un valor ético a lo que tú prometes. Frases como:
"Si tú no cumples tu palabra, ya no puedo hacer tratos contigo"
podrían funcionar. No debes perder de vista la manera en que hablas: muestra
siempre una postura de firmeza y hazle ver a tu hijo cuando una cosa es 100% su
responsabilidad, no tuya.
Enséñalo a ser responsable
Los mecanismos que podemos
emplear para enseñar a nuestro hijo el valor de la responsabilidad son
variados. El más básico es asignándole alguna labor en casa. Además de hacer su
tarea escolar, puede recoger sus juguetes y su ropa, ayudar a levantar o poner
la mesa.
También es recomendable
establecer horarios para cada actividad del día: levantarse, comer, jugar,
dormir, etc. Además, procura que tenga una actividad extra escolar, donde él
sea el principal responsable. Por ejemplo, si él no recuerda que tiene ese
compromiso, es recomendable que no lo lleves tú. Después del horario
establecido para esa actividad, recuérdale que lo olvidó; con esto le ayudas a
asumir la responsabilidad de su olvido, a cumplir sus tareas y compromisos. Así
mismo, si necesita algún material para esa actividad, debe ser él quien lo
prepare y si llega tarde haz hincapié en que ser impuntual implica perderse de
momentos gratos.
Finalmente, para que tus
niños desarrollen el hábito de auto limitarse, puedes ayudarles haciendo visibles
sus tareas y compromisos. Una opción es pegar una cartulina en un lugar visible
donde escribas los días de la semana y las reglas y actividades a realizar cada
día. Por cada tarea cumplida pega una estampa, si al final de la semana tu hijo
junta todas las estampas, habrá ganado un premio: diez minutos más de juego,
comer su comida preferida, salir al parque. En este punto debes tener muy claro
que los premios no requieren un gasto o molestia a los padres, el premio debe
ser algo que motive a los niños a disciplinarse.
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