Tomo la palabra
apegada a la institucionalidad democrƔtica, pero sobre todo a la conciencia y a
la praxis de la democracia y a la representaciĆ³n del soberano, del pueblo, al
que nos debemos, al que tanto mencionamos y prometemos los polĆticos y al que
con demasiada frecuencia tantos derechos negamos.
Voy a expresar, desde
esta curul que es del pueblo, la indignaciĆ³n que
siento y la que sienten muchos dominicanos y dominicanas por el pƩsimo
espectƔculo que estamos ofreciendo a la democracia, al parlamentarismo, a la
representatividad, a la institucionalidad, al paĆs.
Desde que vimos los
aprestos de modificar la
ConstituciĆ³n para restablecer la reelecciĆ³n, manifestamos
nuestra oposiciĆ³n clara y rotunda.
Soy partidaria de
Reformar la ConstituciĆ³n ,
para incorporar derechos que no estƔn bien recogidos o simplemente no lo
estƔn.
Apoyo una reforma que
reconozca que la mujer tiene derecho a tomar decisiones para interrumpir
embarazos en
situaciones que hemos
expresado en diferentes oportunidades.
Apoyo una reforma que
fortalezca el Estado laico, que impida cualquier privatizaciĆ³n de recursos
naturales, de costas y playas.
Una reforma para
fortalecer la independencia del sistema pĆŗblico de administraciĆ³n de justicia,
incluyendo al Poder Judicial y al Ministerio PĆŗblico.
Una reforma que
establezca el derecho al referƩndum revocatorio, que constitucionalice la Asamblea Constituyente
con participaciĆ³n popular.
Pero esta reforma que
hoy nos proponen constituye un adefesio a los principios bƔsicos de la
democracia, de la institucionalidad, de la gobernabilidad democrƔtica.
Desde quƩ postura de
respeto a la ConstituciĆ³n ,
a la democracia, a los electores, al pueblo, puedo apoyar una reforma que fue
concebida con el Ćŗnico objetivo de permitir la repostulaciĆ³n presidencial
porque, y asĆ lo han expresado, era la mejor manera de garantizar que el
partido del gobierno se quedarĆ” en el poder.
Pero, a quƩ niveles
de desconsideraciĆ³n, de falta de decoro y de falta del mĆ”s elemental de los
sentidos, el sentido comĆŗn, podemos llegar cuando nos quieren imponer una
reforma constitucional que se anuncia que es para que el partido del gobierno
se quede controlando los poderes del Estado. Estamos ante una democracia
en la que los intereses particulares, corporativos estƔn por encima de
los intereses del bien comĆŗn, del paĆs.
Pero si en los
orĆgenes de esta reforma para la repostulaciĆ³n ya estĆ”bamos ante el
despropĆ³sito, en este viaje mediĆ”tico que ha recorrido, debido a las luchas
internas por el poder en el partido de gobierno, hemos asistido a la mƔs
brutal agresiĆ³n a la democracia. Ya no es que pretendan gastarnos esta broma de
muy mal gusto a quienes desde este hemiciclo nos oponemos a este traje a
la medida de la ambiciĆ³n, es que pretenden burlarse del pueblo, de las urnas,
de las elecciones, del sistema democrĆ”tico, del paĆs.
No podemos dejar que
desde cuartos ajenos a este hemiciclo se tomen decisiones que competen a este
poder legislativo. No podemos dejar de denunciar que compensaciones o
favoritismos personales, por ejemplo mantenimiento en los puestos, que se
quiere imponer con acuerdos que violan las reglas esenciales de la democracia,
la institucionalidad y la libertad de elecciĆ³n, van en contra de la
democracia interna de los partidos y en contra del sistema democrƔtico.
El pueblo dominicano
merece mucho mƔs que esta democracia de cuartos oscuros y negociaciones
secretas de cĆŗpulas partidarias, que quieren imponer sus intereses, no solo al
pueblo dominicano, sino hasta a sus propios militantes.
El pueblo merece que
el Congreso funcione con transparencia, responsabilidad y Ć©tica ya que ese es
el mandato soberano que la
ConstituciĆ³n da a los congresistas, para dotar al paĆs de las
leyes que mejoren la calidad de vida de la poblaciĆ³n. Que garanticen derechos.
Esta ha sido nuestra posiciĆ³n constante en esta funciĆ³n de legisladora y asĆ
seguirĆ” siendo.
Guadalupe Valdez
Diputada Nacional
2 de junio, 2015
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