Escrito por Juan
Camilo Carmona
Invertir tiempo en el trabajo de autoconocimiento y conciencia de nuestros actos, puede ser una herramienta valiosa para superar las formas sutiles de autoabandono. En este artículo conocerás las más relevantes.
Siempre estamos con nosotros mismos, pero es
frecuente que nos descuidemos hasta el punto de abandonar nuestras propias
necesidades emocionales y valores. El autoabandono, esa tendencia a
relegarnos a un segundo plano, puede manifestarse de maneras más sutiles de lo
que imaginamos.
En este artículo, exploraremos las formas menos evidentes
de autoabandono que, a menudo, pasan desapercibidas.
4 formas de autoabandono que van más allá de lo
obvio
En nuestra búsqueda constante por el bienestar y la
realización personal, a menudo pasamos por alto las sutiles formas en que nos
abandonamos a nosotros mismos. El autoabandono puede manifestarse de
maneras más imperceptibles, erosionando, de forma gradual, nuestra
autoestima y bienestar emocional.
A continuación, te presentamos algunas de las formas más
comunes, pero poco exploradas que, al traerlas a la luz, nos permiten
desentrañar los patrones ocultos que nos impiden florecer plenamente y abrazar
un camino de autocuidado genuino.
1. Ignorar tus propias emociones y distraerte
de manera constante
Es normal desconectar, de vez en cuando, viendo una serie o
quedando con amigos, pero cuando esta distracción constante se convierte en una
evasión crónica de tus emociones, estás cayendo en una forma de autoabandono.
El acto de evitar, de manera consciente, enfrentar tus tristezas, frustraciones
o dolores emocionales puede llevar a comportamientos de compensación
poco saludables, como recurrir a la comida, el alcohol, las compras o la
adicción a la tecnología. Reconocer y afrontar tus emociones es fundamental
para el autocuidado y la salud mental.
2. Incapacidad para establecer límites
Establecer límites es esencial para preservar tu bienestar
emocional y comunicar tus necesidades a los demás. Sin embargo, si te
encuentras incapaz de decir no, a las demandas o solicitudes de los demás,
estás en riesgo de autoabandono.
A menudo, las personas que se descuidan a sí mismas
aceptan todo y avanzan con la corriente por inercia, sin salvaguardar sus
propias necesidades. Aprender a establecer límites saludables es un paso
importante hacia el autocuidado y el respeto propio.
3. Culpar a los demás de tu infelicidad
Es natural buscar explicaciones para nuestras luchas y
tristezas. Sin embargo, culpar a los demás o a las circunstancias por nuestras
dificultades perpetúa el autoabandono. Es crucial comprender que nuestra
responsabilidad última para promover nuestro bienestar, recae en nosotros
mismos.
Entender que alcanzamos la mejor etapa de nuestra vida
cuando asumimos la responsabilidad de nuestros problemas, es esencial. En lugar
de atribuir nuestras preocupaciones a elementos externos, tomar acción
para abordarlas de forma directa, se convierte en un paso fundamental hacia el
autocuidado.
4. Ausentar la autoconciencia
Conectar con tus pensamientos y emociones es muy valioso
para tener un mayor control sobre tu vida y ser más feliz. El autoabandono
surge cuando esperas que otros validen tus emociones y llenen los vacíos
emocionales que tú mismo no puedes nutrir.
Aunque es natural buscar apoyo en otros, depender
de ellos para manejar tus propias emociones y demás necesidades, es un signo de
autoabandono. Cultivar la autoconciencia te permite asumir la
responsabilidad de tu bienestar emocional. De hecho, estudios han logrado
establecer relación entre el proceso de autoconciencia y el éxito en diferentes
ámbitos, pues esta promueve la capacidad de evaluar alternativas e identificar
problemas.
¿Cómo reconocer el autoabandono?
A menudo, las formas más sutiles de autoabandono pasan
desapercibidas, debido al desconocimiento o la falta de interés en
reconocerlas. Es crucial tener en cuenta que el autocuidado va más allá de lo
evidente y requiere una mirada profunda hacia nuestras interacciones
internas y externas. A continuación, te enumeramos acciones que te
ayudarán a reconocer cuándo estás cayendo en el pozo del autoabandono:
1.
Al minimizar tus logros: si
tiendes a restar importancia a tus éxitos y logros, es probable que estés
descuidando tu autovaloración y autoestima.
2.
Cuando no expresas tus necesidades: si
te restringes de expresar lo que necesitas por temor a ser una carga para los
demás, estás pasando por alto tus propias necesidades.
3.
Si evitas el autocuidado: ignorar
las señales de fatiga, estrés o malestar y no tomar medidas para cuidarte, de
manera adecuada, es otra forma de autoabandono.
4.
Cuando te comparas de forma continua con
los demás: la comparación constante con los demás puede socavar
tu autoconfianza y autoaceptación, perpetuando el autoabandono.
5.
En momentos en los que experimentas cierta
pérdida de interés en actividades que antes eran
placenteras.
6.
Cuando sobrepiensas: autoexigirse
y seguir la tendencia natural del cerebro hacia pasado y futuro, nos aleja del
ahora y del aquí, ubicándonos en tiempos pasados o eventos que no han sucedido
todavía.
7.
Al encontrarte incapaz de tomar
decisiones: observarte, en reiterados momentos, ante
emociones complejas, tales como la culpa, la vergüenza, inquietud, y/o la
irritabilidad, favorece el proceso de autoabandono.
El reconocimiento de estas expresiones sutiles de
autoabandono es el primer paso para abordarlas y cultivar un mayor autocuidado.
¿De qué manera puedo superar el autoabandono?
Si te has identificado con alguna de las expresiones
mencionadas en líneas anteriores, no te preocupes, no estás solo. Por fortuna,
hay pasos prácticos que puedes tomar para superar estas tendencias y cultivar
un mayor autocuidado en tu vida:
- Fomenta
la autocompasión: practica la amabilidad hacia ti
mismo. En lugar de culparte o minimizar tus necesidades, trata tus luchas
con la misma compasión que tendrías hacia un ser querido.
- Cultiva
la autoconciencia: dedica tiempo a sintonizar tus
emociones y pensamientos. Mantén un diario emocional, medita o habla con
un amigo de confianza para explorar tus sentimientos más profundos.
- Practica
con regularidad el autocuidado: introduce hábitos
que promuevan tu bienestar, como el ejercicio, la alimentación saludable y
el tiempo de descanso. Hacer del autocuidado una prioridad, fortalecerá tu
relación contigo mismo.
- Aprende
a gestionar las emociones: desarrolla
habilidades para manejar tus emociones de manera saludable. Explora la
terapia, la atención plena o técnicas de relajación para afrontar el
estrés y la ansiedad.
- Busca
apoyo profesional: si sientes que las formas
sutiles de autoabandono son abrumadoras, considera hablar con un
terapeuta. Obtener orientación profesional puede ser una herramienta
valiosa en tu camino hacia el autocuidado.
El autocuidado es una inversión valiosa
El autoabandono puede adoptar muchas formas, algunas de las
cuales son más evidentes que otras. Reconocer y abordar estas formas
sutiles es esencial para promover el autocuidado y la salud mental. A
veces, estas expresiones pasan desapercibidas, debido a la falta de conciencia
o interés en reconocerlas.
Sin embargo, al tomar conciencia de estas sutilezas,
podemos dar pasos concretos hacia una mayor autoconciencia, aceptación y
respeto propio. Recuerda, el autocuidado es una inversión fundamental en tu
bienestar emocional y personal.
0 Comentarios