Las mujeres y los hombres se excitan de forma
diferente y con estímulos diferentes (Ilustración de Miguel Santamarina)
“La excitación se manifiesta mediante reacciones
psicofisiológicas. Estas reacciones no son exactamente iguales en todas las
personas, ni siquiera en la misma persona en distintos momentos”, explica Antonio Murillo, psicólogo sexólogo y coach
sexual, responsable del Grupo de Trabajo de Psicología, Sexología y Pareja de la
Delegación de Córdoba del Colegio Oficial de la Psicología de Andalucía
Occidental.
La excitación “puede intentarse y conseguirse, por
el efecto de estímulos externos o por pensamientos propios que activen el
deseo”, señala el sexólogo pero también se puede conseguir con “una
estimulación adecuada, en un ambiente propicio, puede provocar excitación en
una persona, aunque no tuviese un deseo previo”.
En relación a las mujeres, es importante saber que “son
cíclicas. Hay momentos en los que el deseo surge de forma fácil y otras
en las que no”, indica Verónica Blasco, psicóloga-sexóloga del Instituto de Sexología y
Psicoterapia Amaltea, en Zaragoza. Por el contrario, “puede que
inicialmente no tengamos ganas, pero, si la situación, el contexto o las
circunstancias lo favorecen, puede surgir el deseo sexual”.
Lo primero que hay que saber es que en todo el proceso hay
diferentes fases. “Deseo, Excitación, Meseta, Orgasmo y Resolución”,
indica Murillo. La fase de excitación “es el incremento de la tensión sexual
hasta llegar a valores máximos de intensidad y puede conseguirse a través de
todos los sentidos, principalmente por el tacto, y también mediante el oído, la
vista, el olfato y el gusto”, señala.
En el grado de excitación “influye, en gran medida, del
aprendizaje de cada persona, es decir, de las asociaciones entre estímulos que
cada individuo tiene construidas en su imaginario, en base a su experiencia
vital, o sea, que a unas personas les pueden excitar unas cosas y a otras,
otras totalmente diferentes”. Pero también están influidas por el
género (hombre y mujer) y es que, por lo general, a cada uno le excitan
estímulos diferentes.
Por lo general, “podemos encontrarnos con que los
hombres suelen tener una respuesta excitatoria más rápida que las mujeres.
Todo esto se debe entre otros muchos motivos a que su sistema hormonal suele
ser más estable y, de forma global, su respuesta es más sencilla que en las
mujeres, lo cual no significa que ellos siempre tengan ganas y a nosotras
siempre nos duela la cabeza”, apunta Blasco.
Cómo excitar a una mujer
El primer paso para excitar a una mujer es saber qué es lo
que les excita. Por lo general, comenta Murillo, “las mujeres se pueden
excitar más fácilmente a través de estímulos auditivos y táctiles”. En base
a esto, “a una mujer le excitarán las historias con argumento, con contenido
emocional, con detalles que alimenten el juego erótico, que le hagan sentirse
la protagonista de su propia fantasía”, indica. Además, “también le excitará
recibir un masaje sensual, sentirse acariciada, ser el centro de atención y
dedicación de su pareja”.
Si a esto le sumamos otros estímulos, como “olores, sabores
y una buena puesta en escena visual, el éxito está garantizado”.
En cuanto a trucos o consejos para excitar
a una mujer, lo principal, según Murillo, “es la comunicación”, ya sea
“directa (hablando) o prestando atención a sus reacciones a los distintos
estímulos, para saber cuáles son sus preferencias”.
Algunas ideas para excitar a la mujer pueden ser:
- Ver
alguna película, más o menos erótica, que tenga un
buen argumento con sentimientos, con emociones.
- Darle
un masaje sensual, no de tipo terapéutico con manipulaciones
fuertes y profundas, sino acariciando, lo que puede hacerse con las
manos, la punta de los dedos, con un pañuelo de seda, una pluma,…, por
todo el cuerpo o centrándose en alguna parte concreta (cabeza,
hombros, espalda, pies,…). También se pueden usar aceites de masaje.
- Prepararle
un baño relajante, con agua caliente, para tomarlo sola o en
compañía.
- Tanto
el masaje como el baño, pueden acompañarse con velas aromáticas,
música suave, iluminación íntima…
- Puedes
organizar vuestra propia historia, haciendo juego de roles, con ropa o
accesorios apropiados.
- Jugar
con comidas y bebidas. Saborear a ciegas, utilizar a tu
pareja como plato.
- Contarle al
oído una historia llena de sentimientos, amor, pasión y erotismo.
- Jugar
a construir esa historia entre los dos.
- Empezar
con besos suaves y poco a poco, ir subiendo la intensidad.
- Fregar
los platos. No es que esto sea muy excitante en sí,
pero puede ayudar a preparar el ambiente. Compartir tareas puede unir
mucho.
Lo importante, según Blasco, “es el poder hacer del juego
erótico un momento de distensión, de placer, de juego, no una obligación más ni
un ritual con pasos a seguir. Permitámonos el disfrute y el ser
traviesos y traviesas, escuchando nuestros propios deseos y
combinándolos con los de la pareja”.
Cómo sabemos que una mujer está excitada
En los hombres, la excitación se evidencia físicamente con
facilidad. La erección es la clave para saberlo pero ¿qué ocurre con la
mujer? “Cuando una mujer está excitada, puede experimentar ciertas
reacciones fisiológicas, aunque puede que no sean fácilmente
observables”, indica Murillo. En ocasiones, hay que ser muy observador para
poder saber si una mujer está o no excitada.
Las reacciones fisiológicas de la excitación en la mujer
serían:
1.
Humidificación de la vagina con fluido
lubricante.
2.
El glande del clítoris se hincha.
3.
Enrojecimiento de la piel (rubor sexual).
4.
Erección de los pezones.
5.
Ligero aumento del tamaño de los pechos.
6.
Hiperventilación, aumento del ritmo
respiratorio.
7.
Aumento de la frecuencia cardiaca.
8.
Aumento de sudoración.
Pero además, añade Murillo, “también pueden observarse
cambios en su comportamiento, sus reacciones, sus comentarios”. Todo
esto podrá indicarnos si se siente bien o, por el contrario, está
incómoda.
Consejos para excitar a un hombre
Como se ha mencionado antes, los hombres se excitan,
generalmente, con estímulos visuales y “con pensamientos de escenas sexuales
explícitas”, por tanto, “les excitará ver imágenes o escenas sexuales
explícitas o eróticas y también imaginarlas”, apunta Murillo. Pero, al
igual que con las mujeres, “la comunicación juega un papel muy importante a la
hora de excitar a un hombre”.
En función a esto, algunas ideas para excitar a los
hombres serían:
- Ver
una película, con escenas de sexo explícito, ya sea porno o no.
- Ponerse
ropa sexy, que realce atributos femeninos (pecho,
cintura, culo,…)
- Acercarse
mucho, rozarse o tocar al hombre, en cualquier parte
del cuerpo, especialmente sus genitales.
- Tocarse
o acariciarse a una misma, delante de él.
- Ponerse
ropa interior provocativa.
- Decirle
o sugerirle lo que van a hacer después, detallando acciones sexuales
explícitas o sugerentes.
- Alabar
sus encantos o sus dotes amatorias.
- Interesarse
por él, prestarle mucha atención, haciendo que se
sienta especial, aumentando su autoestima.
Cómo saber si está excitado el hombre
En cuanto a las reacciones fisiológicas de
la excitación en el hombre, además de la erección del pene, pueden aparecer:
1.
Salida de líquido lubricante preseminal, por la
uretra.
2.
Contracción y elevación del saco escrotal.
3.
Erección de los pezones.
4.
Rubor sexual.
5.
Aumento del ritmo respiratorio.
6.
Aumento de la frecuencia cardiaca.
7.
Aumento de la sudoración.
Atención a las zonas más erógenas
Otra forma de excitar a nuestra pareja es atender a las
zonas erógenas que “son partes del cuerpo humano especialmente sensibles a la
estimulación táctil”, describe Murillo. Es importante saber que “no son
botones para pulsar y activar automáticamente”, pero sí pueden ayudarnos a
lograr el objetivo que buscamos.
En este contexto, se pueden distinguir entre zonas
erógenas primarias, “que son sensibles por la cantidad de terminaciones
nerviosas que poseen”, y zonas erógenas secundarias, “cuya especial
sensibilidad se debe a las asociaciones que tiene interiorizadas cada persona
con estas partes de su cuerpo, según su experiencia vital personal”, destaca
Murillo.
Según esto, las zonas erógenas primarias, tanto
en hombres como en mujeres, incluyen:
- Los genitales
externos (vulva, especialmente el clítoris y los labios menores;
pene, sobre todo el glande, frenillo y corona del glande; y testículos).
- La
parte interna de los muslos.
- El perineo.
- Las
nalgas.
- El ano.
- Los
pezones.
- Los
pechos.
- Los
lóbulos de las orejas.
- Boca,
labios y lengua.
- El cuello.
- El
ombligo.
- Las axilas.
Este es un listado de las zonas más erógenas, tanto en
hombres como en mujeres, pero no quiere decir que todas estas zonas exciten a
todas las personas. De hecho “hay personas a las que tocarles alguna de
estas zonas les resulta incómodo, incluso molesto, por exceso de
sensibilidad o porque están condicionados por su experiencia personal. Por
ejemplo, hay hombres a los que les resulta incómodo que les toquen los
pezones”, matiza Murillo, y estoy hay que tenerlo en cuenta, de ahí la
importancia de la comunicación previa y de la observación de la pareja.
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/
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